El veterano dirigente sindical Genaro López de 70 años llegó este miércoles a la sede de la Fiscalía Segunda contra la Delincuencia Organizada, donde le esperaba una orden de aprehensión por un combo de los supuestos delitos: estafa agravada, blanqueo de capitales, falsificación, asociación ilícita y hasta prevaricato.
Acompañado por su equipo legal, Genaro se presentó en la oficina ubicada en la Vía Transístmica, a eso de las 2:30 de la tarde, y aseguró con voz firme: “No tengo nada que temer, no he cometido ningún delito. Esto es persecución política pura y dura.”
La bomba explotó tras una querella que data del 2022, presentada por un grupo de extrabajadores que sudaron la gota gorda en una construcción en la isla Bastimentos, en Bocas del Toro. Todos eran supuestamente miembros del Suntracs, el sindicato que ha encabezado varias luchas sociales.
Pero la cosa no se queda ahí. La lupa también apunta a Saúl Méndez, secretario general del sindicato, quien al verse en aprietos corrió a pedir asilo en la Embajada de Bolivia, país que ya le concedió protección temporal. Si, literal fue corriendo y hasta se brincó la cerca de la embajada.
Por ahora, la investigación sigue su curso y el ambiente en el Suntracs está que arde.
Después de las 3:40 de la tarde, López fue trasladado desde la Fiscalía Segunda Contra la Delincuencia Organizada en una camioneta pick up de color rojo, con rumbo a las instalaciones de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ), donde permanecerá bajo custodia mientras se programa su audiencia de garantías.