La irrupción del artista Rubén Blades en la incipiente contienda política y el discurso que ha traído a la mesa desde hace algunas semanas harán que el tema corrupción sea ineludible en la campaña electoral del 2024.
Para disgusto de algunos, Blades ha sido tajante en que este grave problema debe ser el centro del análisis en la futura contienda, y le da al ciudadano un papel preponderante. Palabras más, palabras menos, ha dicho que el país no logrará un verdadero desarrollo si la sociedad no abandona la cultura paternalista y clientelista en que nos han sumido los políticos tradicionales.
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Y aunque no ha sido el único, sí es el más tajante y culpa con nombre y apellido a los responsables históricos. De allí que siga o no en el “escenario” político de cara a las elecciones del 2024, indudablemente que el discurso anticorrupción de Blades llegó para calar y ser parte de la contienda.
Porque a Panamá le urge, ojalá el tema corrupción se imponga y los electores voten por quienes tengan el compromiso real de acabar con este lastre.



