Panamá vuelve a brillar en el mapa mundial, y esta vez no es por sus playas ni por su canal, sino por su historia. La famosa Ruta Colonial Transístmica acaba de ser reconocida como Patrimonio Mundial por la UNESCO, un logro que nació de una ley panameña que buscaba resaltar su riqueza histórica.
El anuncio se celebró por todo lo alto en el foro “La ruta colonial Transístmica y su valor para el mundo”, donde no solo se hablaron de monumentos, sino del profundo significado que tiene esta ruta para la humanidad. Este camino, que conectó los océanos mucho antes del Canal, ahora tiene el sello internacional que certifica su valor cultural.
El diputado José Pérez Barboni, impulsor de la ley, fue claro al decir que esto no fue trabajo de uno solo, sino el resultado de un esfuerzo conjunto con instituciones como el Ministerio de Cultura, Turismo, Cancillería y autoridades locales.
Cortesía/ Diputado Pérez Barboni.“Promover esta ruta es vital. Sitios como El Camino Real, San Lorenzo, el Casco Antiguo y el Camino de Cruces son joyas que cuentan la historia del Siglo XVIII y el papel clave de Panamá en la conexión del mundo”, afirmó Barboni.
Y no solo se trata de historia: Gloria De León, administradora de Turismo, explicó que este tipo de reconocimientos traen desarrollo, ya que promueven el turismo sostenible, activan la economía local y fortalecen la identidad cultural. “Las comunidades podrán mostrar su cultura, su sazón y su talento”, señaló.
Por su parte, Raúl Castro, director nacional de Patrimonio Cultural, recordó que la UNESCO no regala estos títulos a la ligera. “Ellos marcan la guía de los sitios más valiosos para la humanidad. Es hora de que los panameños vean la ruta como lo que es: un tesoro”.
El foro estuvo organizado por el propio diputado Barboni junto al Ministerio de Cultura, Relaciones Exteriores y Turismo, y contó con la presencia de estudiantes, embajadores, diputados y otros actores clave.
Cortesía/ Conversatorio.Con este nuevo estatus, la Ruta Transístmica se une a los pocos sitios panameños que han recibido el codiciado reconocimiento, y ahora el reto es conservarla, vivirla y mostrarla con orgullo al mundo.



