El proyecto de ley 508, que modifica artículos de la Ley 47 de educación de 1946, avanzó a tercer debate ayer en el pleno de la Asamblea Nacional.
La polémica iniciativa dispone topes que deben cobrar los colegios y universidades particulares, en virtud de que en el actual periodo las clases son virtuales y no presenciales.
Leandro Ávila, proponente del anteproyecto, dijo en su intervención que la iniciativa legislativa “no radica solo en la modalidad de clase presencial, semipresencial o virtual, sino que abarca otros aspectos sueltos en las escuelas particulares, y en la opinión de la comisión, tiene que ser regulados”.
Hizo énfasis en los “mal llamados descuentos” que “los padres pagan por un servicio, que ha sido interrumpido por la pandemia”.
Por otra parte, Juan Diego Vásquez tomó la media hora que le correspondía para mencionar de cómo el Ministerio de Educación no ha buscado la modificación a la ley orgánica ante la proliferación de las escuelas particulares. Incluso hizo mención de la variedad de escuelas particulares que viven realidades diferentes entre ellas.
Posterior a ello, dijo que al igual que este problema otros están amarrados a un mismo hilo conductor.
“Aquí queremos ocupar cargos públicos de alta envergadura y no queremos asumir las responsabilidades de alta envergadura que estos cargos demandan”, expresó Vásquez. Luego mencionó que la ministra Maruja Gorday no ha participado en las discusiones.
Vásquez dijo que no comprende como la principal figura de la educación del país, y en representación del presidente Cortizo, no pueda decir si está a favor o en contra del proyecto.
“Y aquí estamos producto de esa inacción, producto de no entender cómo debe trabajar un sistema que funciona. ¿Cómo debemos enfrentarnos a las fuerzas oscuras alrededor del sistema educativo que hace que no avance?”, se preguntó.
Edison Broce, diputado independiente y único que votó en contra, vaticinó que la norma será vetada por el Ejecutivo.
