La demolición del monumento chino ubicado en el mirador del Puente de las Américas se llevó a cabo durante la noche de este sábado 27 de diciembre, generando reacciones inmediatas en redes sociales y renovando un debate que llevaba meses en el ambiente.
El monumento fue inaugurado en 2007 para conmemorar los 150 años de la presencia china en Panamá. Tras lo ocurrido miembros de la comunidad China se apersonaron al lugar indignados, pero ya era demasiado tarde, solo quedaban escombros.
Videos difundidos en plataformas digitales mostraron maquinaria pesada trabajando en el sitio y un notable congestionamiento vehicular provocado por las labores de remoción.
El hecho ocurre luego de que representantes de la comunidad china en Panamá expresaran, desde meses atrás, su preocupación por los proyectos anunciados por la Alcaldía de Arraiján, en Panamá Oeste, que contemplaban cambios en el mirador y la posible eliminación de estructuras simbólicas.
En enero, la alcaldesa Stefany Peñalba compartió imágenes referenciales de cómo podría transformarse el área, en las que ya no aparecían varios monumentos existentes.
Posteriormente a la demolición, la alcaldesa se pronunció mediante un comunicado y publicaciones en redes sociales, señalando que su administración actuó con base en evaluaciones técnicas.
Según informó, la estructura presentaba un riesgo estructural que obligó a tomar la decisión de realizar una remoción preventiva, priorizando la seguridad de las personas que visitan el lugar.
De acuerdo con la Alcaldía, la Dirección de Obras y Construcciones constató deterioro visible en la estructura principal, bases corroídas, grietas y zonas inestables que representaban un peligro para visitantes y turistas. La entidad aseguró que no podía permitir que una infraestructura comprometida pusiera en riesgo a las familias y que la acción permitirá iniciar una renovación integral del mirador.
Ante ello, la Sociedad de Beneficencia Fa Yen envió una carta al municipio manifestando su inquietud y reiterando que las mejoras podían ejecutarse sin afectar los monumentos.
En ese documento, la organización aseguró que la Asociación China de Panamá contaba con la disposición y los fondos necesarios para asumir trabajos de restauración y embellecimiento, propuesta que, según indicaron, no recibió respuesta.
La demolición también provocó reacciones de figuras públicas.
El excanciller panameño Jorge Eduardo Ritter calificó el hecho como “un acto bochornoso y abyecto”, en declaraciones difundidas públicamente.
El tema llegó incluso al Palacio de las Garzas. El 24 de julio, el presidente José Raúl Mulino fue consultado sobre el futuro del monumento y aseguró no tener relación con la decisión, aunque se mostró a favor de su conservación y descartó cualquier vínculo con tensiones internacionales.


