Según el gerente de la empresa, Carlos Sánchez Fábrega, la flota operativa pasó de menos de 600 a 904 buses, lo que ya se refleja en rutas más ágiles y cómodas para los pasajeros. Pero esto no es todo: MiBus planea sumar 100 unidades más en enero de 2025 para llegar a un total de mil 100, garantizando mayor cobertura.
La estrategia va más allá de poner más vehículos en las calles. Para facilitar el acceso a las barriadas con calles angostas, MiBus comenzó un plan piloto con buses más pequeños. Estos vehículos, aunque menos sofisticados, son ideales para zonas complicadas, evitando atascos y daños a las calles. El objetivo es asegurar que el servicio llegue a donde antes era difícil o incómodo.
Otro paso importante es la futura incorporación de 60 buses eléctricos, gracias a un proyecto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 26 millones de dólares. Esto pondrá a Panamá a la vanguardia, convirtiéndola en la primera ciudad de Centroamérica con un sistema de transporte público eléctrico. Además, se espera iniciar el uso de estos buses en el Casco Antiguo a partir de 2025, apuntando a una flota más ecológica y moderna.
No obstante, Sánchez recordó que mantener y mejorar el sistema no es gratis. La tarifa, congelada en 0.25 centavos por más de 25 años, necesita ser revisada. Entre el subsidio estatal y el verdadero costo de mantener una flota moderna (con buses que rondan los 250 mil dólares y los eléctricos que pueden llegar a 500 mil dólares), se busca un balance justo para que el servicio sea sostenible sin desangrar el bolsillo del ciudadano.