Monseñor José Domingo Ulloa en su misa dominical en este primer domingo de cuaresma, aprovechó el tiempo del mensaje para recordarla a las personas que nunca se olviden de Dios, que lo mantengan siempre presente en cada una de sus acciones y que durante esta cuarentena a través del ayuno, la oración y la limosna sean más solidario.
En medio de la eucaristía, el Arzobispo de Panamá exhortó a la población a dar a los niños un futuro de paz. Este es el llamado que en este momento queremos volver a dirigir a los hombres y mujeres de buena voluntad, invitarlos a cada uno a ayudar a los niños a crecer en un clima de auténtica paz, es su derecho como niñas, niños y adolescentes. Es nuestro deber garantizarlo.
Monseñor indicó que no se cansará de repetir que desde las más altas organizaciones internacionales a las asociaciones locales, dese los jefes de Estado hasta el ciudadano corriente, todos estamos llamados, tanto diariamente como en las grandes ocasiones de la vida a dar nuestra contribución a la paz y rechazar cualquier violencia y sobre todo la violencia contra los niños, niñas y adolescentes.
El viernes se realizó una vigilia en las instalaciones de la Senniaf con el fin de exigir justicia para las víctimas. LP Miguel Cavalli“Esto urge, porque la realidad nos interpela y no podemos estar indiferente, la mirada de los pequeños debería ser siempre alegre y confiada; sin embargo con frecuencia vemos su mirada con tristeza y con miedo, porque ya han visto mucho en los pocos años de vida”, afirmó Ulloa.
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Desde hace más de una semana, Panamá se mantiene en protesta debido a un informe que presentó la subcomisión de la Mujer, La Niñez, Adolescencia y Familia de la Asamblea donde reveló abuso contra menores de edad que viven en albergues. La situación motivó a que se abrieran investigaciones penales y ahora la sociedad exige que castiguen a los culpables. Las protestas se realizan en los predios de Senniaf.
El arzobispo manifestó que la infancia corre el riesgo de encontrar amargura, humillación, hostilidad y odio, absorbiendo la insatisfacción y el vacío de lo que está impregnado en el ambiente social que los rodea. Es bien sabido que las experiencias de la infancia tiene repercusiones profundas y heridas que parecen irremediables para el resto de la vida. Es difícil espera que los niños sepan un día construir un mundo mejor, cuando lo que han vivido es en condiciones violentas sus más básicos derechos, se ha faltado el deber preciso de educar en la paz, de que se sientan amados, ellos tiene la necesidad de aprender paz.
Una infancia serena permitirá a los niños mirar con confianza la vida, el presente y el mañana, por eso hay de los que apagan en ellos el ímpetu de la esperanza, de tal manera que los niños jamás han de convertir en una cargara para la sociedad, ni ser instrumentos de ganancias, ni personas sin derecho, Son miembros valiosos de la familia humana, cuya esperanza, expectativas y potencialidad encarna., dijo Ulloa.
Seamos sensibles ante la realidad de miles de niños que carecen del cuidado parental que son víctimas de abuso, maltrato, de carencias esenciales para su desarrollo y como sociedad debemos luchar para que este tipo de flagelo no se vuelva a repetir en ninguna parte. Hay que sumar voluntades para que esta sea una preocupación permanente y sostenida. “Que iniciativas de denuncias ante hechos lamentables como los señalados en las últimas semanas rindan frutos, que garanticen mecanismos de supervisión, atención integral a la niñez y adolescencia y los albergues que es una problemática que tiene arrastre de décadas y como sociedad no hemos atendido oportunamente.” afirmó.
