La Semana Santa es la celebración más importante de la Iglesia católica; en ella se plasma la creencia de miles de hombres en todo el mundo, el misterio de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús.
La Iglesia universal se apresta a celebrar sin la comunidad, pero recordando que Dios camina al lado de su pueblo. Monseñor José Domingo Ulloa nos invita hoy a vivir más que nunca este misterio de fe.
¿Qué significa para los cristianos católicos la no celebración en comunidad de la Semana Santa?
“La no celebración en comunidad representa para nosotros, cristianos católicos, un dolor que nos hace más que nunca valorar el don de vivir la fe, no de forma personal, sino comunitaria. Echamos de menos y extrañamos a cada uno de los hermanos”.
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¿Recuerda usted si antes del coronavirus se había dejado de celebrar la Semana Mayor o la Iglesia había tenido que cerrar sus puertas?
“De lo que he buscado en la historia no tengo conocimiento que la Iglesia haya tenido que cerrar las puertas para la celebración más importante para nosotros los católicos: pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”.
Es tan fuerte la pandemia que ha obligado a cerrar la casa de Dios. ¿Cuál es la invitación que hace la Iglesia a los fieles creyentes?
“La invitación que hacemos a todos los creyentes es que no nos sintamos solos, se han podido cerrar los templos, pero no nuestro corazón y pensamiento de sentir que somos miembros de un solo cuerpo. Y es un reto descubrir a ese Dios, especialmente en cada persona que entrega su vida por los demás.
A través de tantos ángeles que, sin alas, sino con mascarillas y guantes, se hacen presente y lo podemos ver detrás de cada médico, de cada enfermera, de cada cajera de supermercado, de cada conductor de ambulancia, detrás de cada sacerdote y religiosa, detrás de nuestra gente de pastoral social/cáritas, pastoral de la salud, detrás de cada padre y madre de familia, nos ayudan a mantener viva la llama de la fe y a poner en actos la creatividad del amor y la certeza de la esperanza.
Detrás de los trabajadores del aseo, recolectores, conductores, hormiguitas; la Policía, los Bomberos, los uniformados del Servicio Aeronaval, del Servicio Nacional de Fronteras, Sinaproc…
De tantos trabajadores que quisieran quedarse en casa y no pueden, porque tiene turnos de día y de noche expuestos al peligro, pero que asumen esta responsabilidad para que el país y tú y yo tengamos al menos lo necesario. Qué decir del personal de supermercados, abarroterías, la tienda del paisano, o los trabajadores que permiten que el agua y la luz, el Internet estén funcionando, los empleados de la banca, los agricultores y ganaderos”.
¿Cómo se debe vivir desde los hogares cristianos este tiempo de gracia?
“Tomando conciencia de lo que es la Iglesia doméstica, primer santuario donde aprendemos a ser plenamente humanos y divinos”.
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Panamá siempre es solidaria. ¿Están siendo los panameños conscientes de los estragos de la pandemia?
“Sí, en medio de esta pandemia está saliendo el lado noble de muchos panameños solidarios con los más necesitados”.
Un mensaje para todos los lectores y seguidores de Mi Diario en este tiempo de ser solidarios.
“A todos los lectores de Mi Diario, les invito a mirar a nuestro lado y descubrir que de poco o mucho que tenemos se puede multiplicar y permitir que todos podamos vivir solidariamente con lo necesario”.
