Con pancartas en mano, miradas firmes y el grito colectivo de “¡No al maltrato!”, adultos mayores marcharon por las calles de Betania hasta el Gimnasio Yuyín Luzcando. La caminata se realizó en conmemoración del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, y fue organizada por la Junta Comunal de Betania y el Programa Nacional de la Tercera Edad y Jubilados de la Caja de Seguro Social, en alianza con otras instituciones.

La manifestación, cargada de simbolismo y emoción, fue un llamado urgente a la sociedad panameña para recordar que la vejez no es sinónimo de olvido. Entre bastones, pasos lentos pero decididos, se escuchaban voces reclamando respeto, inclusión y dignidad para quienes ya han dado una vida entera al país.
“Es muy importante que los jóvenes aprendan a tratar al adulto mayor. Nosotros ya fuimos jóvenes y ahora estamos en nuestra adultez. El trato que nos den hoy, será el que ellos recibirán mañana”, expresó el señor Jorge Herrera, uno de los participantes. “Cuando maltratan a un adulto mayor, olvidan que muchas veces fue quien los cuidó desde niños. No somos una carga”.

Olivia Malek, también adulta mayor, fue aún más contundente: “La gente piensa que porque ya tenemos cierta edad, no servimos. Pero se olvidan de la experiencia, de todo lo que aún tenemos para aportar. Cada vez más nos quitan derechos con esas pensiones miserables. Nos están quitando los privilegios que con esfuerzo logramos”.
Por su parte, Anneth Alberda, la subjefa del Programa Nacional de la Tercera Edad hizo un llamado urgente: “Hoy es un día para decir basta. No al maltrato al adulto mayor. Esta es solo una etapa más de la vida, y como sociedad debemos aprender a respetarla, a cuidar y escuchar. Ver a un adulto mayor en la calle debe ser sinónimo de ayuda y compasión”.
La jornada concluyó con múltiples actividades de atención y bienestar: toma de presión, orientación médica, entrega de medicamentos, venta de alimentos saludables y dinámicas recreativas. Pero más allá de la logística, fue el abrazo colectivo a una población que exige ser vista y valorada.

La jornada dejó un mensaje claro: el abuso no solo es físico, también es el olvido, la indiferencia, la falta de oportunidades y la negación de derechos. La lucha por una vejez digna no terminó este viernes. Apenas comienza, con cada paso, cada palabra y cada mirada que exige humanidad.