El velero USCGC Eagle, buque escuela de la Guardia Costera de Estados Unidos, volvió a desplegar sus velas en el Puerto de Cruceros de Amador, convirtiendo la bahía en un escenario cargado de historia, diplomacia y cultura. Con sus 90 metros de eslora y tres mástiles, este barco construido en 1936 sigue activo y es conocido mundialmente como el “embajador de buena voluntad” del país norteamericano.
Su llegada estuvo marcada por discursos que recordaron la importancia de la cooperación marítima. El almirante Joseph Buzzella evocó sus años de cadete cuando, en 1989, navegó en este mismo barco hasta Leningrado. “El Canal de Panamá es una piedra angular del comercio global y nuestra seguridad está ligada a ustedes”, dijo, subrayando que más allá de lo militar, el Eagle simboliza la unión de los pueblos.

Entre la tripulación, un rostro panameño destacó con orgullo. Se trata del cadete Jeremías Urieta, quien relató lo que significó llevar la bandera del istmo en alta mar. “Para mí es un privilegio representar a un país de 4,5 millones de personas. Muchas veces soy el primer panameño que la gente conoce y siempre tengo en mente demostrar lo mejor que tenemos”, aseguró.
Urieta también compartió que esta experiencia a bordo es como vivir en una película, una experiencia inolvidable que marcó su formación.

El cadete resaltó la diferencia que se siente al interactuar con tripulaciones internacionales: “Uno nota de inmediato el carácter panameño, pero en un buen sentido. A ellos les gusta esa interacción cultural y es algo que reciben de forma positiva”.

La escala del Eagle en Panamá no solo representó una visita protocolaria. Inspira a jóvenes que quisieran ser como Urieta, para que sueñen con tener estas experiencias.



