Panamá no baja la guardia y sigue firme con su política migratoria. Este lunes 4 de agosto, el Servicio Nacional de Migración ejecutó un vuelo de retorno hacia Medellín, Colombia, enviando de vuelta a 41 ciudadanos colombianos que se encontraban en situación irregular o con cuentas pendientes con la justicia.
El vuelo, realizado en el marco del Memorándum de Entendimiento Migratorio entre Panamá y Estados Unidos, trasladó a 35 hombres y 6 mujeres que fueron retornados a su país. De estos, 37 fueron deportados por causas administrativas, es decir, por no cumplir con las normativas migratorias panameñas, mientras que los otros 4 fueron expulsados por tener antecedentes penales.
Entre los casos más graves, destaca un individuo que había sido deportado anteriormente, pero que volvió a ingresar a Panamá de manera ilegal, desafiando las restricciones. Los otros tres expulsados cumplían condenas por delitos relacionados con el tráfico internacional de drogas, lo que encendió las alarmas de las autoridades.
Este tipo de vuelos son parte de las acciones que las autoridades panameñas ejecutan regularmente para controlar el flujo migratorio y garantizar la seguridad del país. La operación fue supervisada por unidades del Servicio Nacional de Migración, que verificaron la documentación y los perfiles de cada uno de los retornados antes de abordar.
La medida también busca enviar un mensaje claro a quienes intentan ingresar al país sin cumplir con las leyes: Panamá no será refugio de delincuentes ni permitirá que el desorden migratorio afecte a la población.
En los últimos meses, la colaboración entre Panamá y Estados Unidos ha permitido fortalecer los controles migratorios, realizar operativos de identificación y acelerar los procesos de retorno para personas en situación irregular. Las deportaciones y expulsiones se han incrementado, sobre todo en casos donde los extranjeros representan un riesgo por sus antecedentes o reincidencias.
El Servicio Nacional de Migración reiteró que estos operativos seguirán ejecutándose de manera constante, en coordinación con otros países, para mantener el control de las fronteras y asegurar el bienestar de los panameños.
Este vuelo de retorno a Medellín es solo una muestra de la política de “cero tolerancia” que Panamá mantiene frente a la migración irregular y a la presencia de individuos con historial delictivo en suelo nacional.



