Aunque las empresas eléctricas han sido sancionadas por la Autoridad de Servicios Públicos (ASEP) debido a un servicio deficiente, los residentes de esta provincia aún enfrentan frecuentes apagones y fluctuaciones eléctricas que afectan tanto sus hogares como sus trabajos.
En zonas como el Parque Libertador, los apagones se han vuelto parte del día a día. Un vecino de la comunidad comentó indignado: “La luz se va frecuentemente, dejando a media comunidad a oscuras mientras la otra mitad tiene servicio. Los equipos siguen dañándose, pero el recibo de luz no deja de subir.”
El impacto en la vida diaria
La inestabilidad del servicio eléctrico afecta especialmente a quienes dependen de la electricidad para trabajar. Zeudith Linares, residente de Arraiján, comparte las dificultades de realizar teletrabajo: “Es frustrante estar en una reunión importante y que de repente se vaya la luz. A veces me toca buscar Wi-Fi en un centro comercial para poder trabajar.”
Estas interrupciones no solo generan incomodidad, sino también pérdidas económicas, ya que muchos negocios pequeños y familias han tenido que invertir en alternativas como generadores eléctricos.
Las respuestas de la ASEP
Zelmar Rodríguez, administradora de la ASEP, asegura que se han tomado medidas para mejorar el servicio. Desde agosto, las empresas eléctricas están implementando un plan de mejoras en infraestructura, el cual será evaluado en marzo. “Esperamos un impacto positivo a corto plazo,” afirmó Rodríguez.
Edwin González, director nacional de atención al usuario de la ASEP, indicó que las quejas han disminuido ligeramente en los últimos meses, aunque reconoce que aún queda mucho por hacer para estabilizar el servicio. La ASEP también ha lanzado la plataforma “Rina” para facilitar la presentación y seguimiento de quejas, así como el programa “ASEP más cerca de ti”, que lleva atención directa a comunidades afectadas.
Un servicio con retos pendientes
Mientras las autoridades prometen mejoras, los residentes de Panamá Oeste siguen viviendo en la incertidumbre. Aunque iniciativas como “Rina” y las sanciones buscan generar cambios, los afectados esperan que las promesas no se queden en el aire y se traduzcan en un suministro eléctrico estable y confiable.


