El velero de tres mástiles USCGC Eagle, orgullo de la Guardia Costera de Estados Unidos, volvió a atracar en el Puerto de Cruceros de Amador y convirtió la bahía en escenario de historia y diplomacia. Construido en 1936 y con 90 metros de eslora, el Eagle es el único velero activo en servicio dentro de las fuerzas armadas estadounidenses y es conocido como el “embajador de buena voluntad” del país norteamericano.
La llegada estuvo marcada por discursos que dejaron claro que este barco no solo navega mares, sino también refuerza alianzas. El almirante Joseph Buzzella, recordó sus días de cadete cuando llevó este mismo barco hasta Leningrado en 1989. “El Canal de Panamá es una piedra angular del comercio global y nuestra seguridad está ligada a ustedes”, dijo, subrayando la importancia de la cooperación marítima.

Por su parte, el embajador Kevin Marino Cabrera resaltó la hermandad que une a Panamá y EE.UU. desde hace décadas. El diplomático también agradeció el recibimiento al ritmo de la banda de la Universidad Marítima Internacional de Panamá, que puso la nota festiva al evento.
El turno más cercano al público lo tuvo el alcalde capitalino Mayer Mizrachi, quien invitó a los estudiantes a recorrer la nave, conocer a la tripulación y dejarse contagiar por las historias de marinería. “Este velero es cultura, educación y cooperación. Aquí los muchachos verán que un cadete puede convertirse en almirante, y que los sueños en el mar también se cumplen”, expresó.
Durante su estadía, que se extenderá hasta el 6 de septiembre, el buque abrirá sus cubiertas a recorridos educativos. Estudiantes de distintas escuelas podrán aprender sobre navegación a vela, tecnología naval a bordo. No es la primera vez que la nave pisa suelo istmeño este año: en abril entrenó a 20 oficiales y suboficiales del Servicio Nacional Aeronaval en maniobras de vela y reparaciones de emergencia.


Durante la ceremonia de bienvenida no todo fueron discursos. La jornada arrancó con el sonido vibrante de la banda de la Universidad Marítima Internacional de Panamá (UMIP). El ambiente se volvió aún más festivo cuando una pareja de bailarines vestidos con traje típico deslumbró al público con un baile folclórico al son de la pollera y el sombrero pintao.
El Eagle, con casi nueve décadas surcando mares, vuelve a recordarle al mundo que la navegación no es solo técnica ni disciplina, sino también emoción pura y una ventana a la historia.


