Con el mensaje claro de que en Panamá no hay espacio para el crimen organizado, las autoridades ejecutaron este jueves una operación de expulsión masiva que terminó con 34 ciudadanos colombianos enviados de regreso a su país.
La acción se realizó bajo el Plan Firmeza del Ministerio de Seguridad Pública (Minseg), como parte de los acuerdos de cooperación entre Panamá y Estados Unidos en temas de seguridad, migración y lucha contra el crimen transnacional.
18 expulsados por delitos graves
De los 34 expulsados, 18 estaban implicados en tráfico internacional de drogas, trata de migrantes y delitos ambientales, según las investigaciones. Los otros 16 fueron deportados por infringir las leyes migratorias panameñas, tras comprobarse su permanencia irregular en el país.
Los detenidos fueron trasladados a Medellín, Colombia, en un vuelo coordinado con autoridades del país vecino.

Mano firme y cooperación
Esta medida forma parte de una estrategia regional que busca frenar el avance de estructuras criminales que cruzan fronteras y amenazan la estabilidad de la región.
“Hasta la fecha, más de 2,000 personas han sido retornadas a sus países de origen. Panamá seguirá actuando con mano firme para garantizar la seguridad de todos”, informó el Minseg.
El Servicio Nacional de Migración (SNM) reiteró que continuará trabajando junto a socios internacionales para mantener el orden y la legalidad dentro del territorio nacional.
La operación refleja la política del Gobierno Nacional de cerrar el paso a las redes delictivas y garantizar que Panamá siga siendo un territorio seguro para sus ciudadanos y residentes legales.



