La tarde de este lunes 29 de diciembre, la calma de la estación policial de Guna Nega se rompió de golpe cuando un taxi se detuvo frente al cuartel. El conductor bajó apresurado: dentro del vehículo iba una mujer a punto de dar a luz y no había tiempo que perder.
Eran casi las cinco de la tarde.
Sin pensarlo dos veces, el teniente Humberto Landero tomó el control de la situación. Consciente de que se trataba de una carrera contra el reloj y que había dos vidas en juego, procedió a asistir a la mujer, de 30 años, en pleno trabajo de parto.
Minutos después, en medio de la tensión y el nerviosismo, la criatura nació con signos vitales estables. La madre también fue mantenida bajo observación y en condición estable, gracias a la rápida actuación del oficial.
Una vez controlada la emergencia, se coordinó el traslado inmediato en una ambulancia del SUME hacia el Hospital San Miguel Arcángel, donde ambos continuaron recibiendo atención médica especializada.
Se informó además que el padre del recién nacido es una unidad del Servicio Nacional de Fronteras, quien fue notificado del nacimiento.
Una tarde que pudo terminar en tragedia, terminó convirtiéndose en una historia de vida, reflejando que cuando el deber llama, hay policías que responden más allá del uniforme.



