Este jueves 15 de septiembre a las 4:00 p.m. en el Parque Urracá miembros de la sociedad civil panameña protestan por las continuas violaciones a los derechos humanos en Nicaragua.
La protesta busca llamar la atención regional sobre la grave situación política que se vive en Nicaragua, en donde hay religiosos, políticos, empresarios, periodistas, dirigentes y ciudadanos en riesgo ante la continua represión y censura de los que piensan diferente a Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Este lunes en un debate sobre Nicaragua en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, 45 países instaron en una declaración conjunta poner fin a la represión en Nicaragua, y llamaron al régimen de Daniel Ortega a liberar a los presos políticos en su país, reportan diversos medios internacionales.
Hace unos días, el canciller colombiano, Álvaro Leyva, dijo en W Radio que todo tiene un límite y que su país también se sumaría a la condena contra el régimen de Ortega.
En un evidente cambio de opinión, Leyva explicó que se gestionaban acciones humanitarias en Nicaragua, pero que su país no respalda los retrocesos a los derechos humanos que se registran en Colombia.
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Este martes, el periodista mexicano Jorge Ramos en un artículo de opinión publicado en el Nuevo Herald recordaba que Ortega: “Fue el líder de la junta que gobernó Nicaragua tras la caída del somocismo en 1979 y en 1990, tras perder las elecciones presidenciales, entregó el poder en un sorprendente gesto democrático. Luego recuperó la presidencia en el 2006 con apenas el 38% del voto”.
“Y desde entonces se aferró al poder y no lo ha soltado. Amigos y periodistas nicaragüenses me aseguran que la dictadura de Ortega es tanto o más cruel que la de los Somoza. Y que tiene las mismas intenciones somocistas de crear una dinastía; primero con su esposa Rosario Murillo —la jefa de facto en el país— y luego con su hijo Laureano, a quien muchos conocían por ser un cantante de ópera. La democracia ha muerto en Nicaragua. Pero si algo sabemos de los nicaragüenses es que nunca se dejan. Tienen una inigualable fibra democrática y no les gusta cuando alguien se cree más que otros. Como lo demuestra su clásica obra de teatro El Güegüense, hay mil maneras de resistirse a los abusos de la autoridad. Los nicaragüenses han tumbado dictadores antes y lo volverán a hacer. El dictador que cree en Dios también caerá”, señaló el periodista que entrevistó a Ortega en el 2006.
En medio de todas estas condenas internacionales y presiones hacia la dictadura de Ortega-Murillo, panameños que defienden la democracia y los derechos humanos y varios de ellos, lucharon contra la dictadura de Manuel Antonio Noriega en Panamá alzarán mañana su voz para solidarizarse con los “nicas” que sufren y exigen libertad en el hermano país centroamericano.



