La cosa viene en grande. El Ministerio de Obras Públicas (MOP) anunció un plan agresivo para sacar del papel un paquete de 20 proyectos de infraestructura vial que representan una inversión récord de B/.474 millones. Así mismo, como lo lee: más de 474 millones de balboas que pondrán a rodar máquinas, cemento y, sobre todo, empleos.
La presentación oficial se dio en el Consejo de Gabinete, donde el ministro José Luis Andrade aseguró que en un par de meses los pliegos de estos proyectos estarán listos en Panamá Compra, listos para entrar en licitación. La meta es clara: más de 10 mil empleos directos y otros 20 mil indirectos que moverán la economía, desde la capital hasta Chiriquí.
Entre las obras más esperadas, se encuentra la rehabilitación de 11 puentes vehiculares tipo Mabey en la ciudad capital, estructuras que han aguantado desde 1999 y que hoy piden a gritos una renovación. También se contempla la reparación del icónico puente de la Transístmica, el cual presenta daños visibles en su estructura por los golpes del tráfico pesado.
El ministro Andrade explicó que aunque las vigas metálicas de estos puentes siguen firmes, la carpeta de rodadura ya no aguanta más. Por eso, se reemplazará por un sistema de concreto reforzado, garantizando más seguridad para los conductores. Eso sí, los trabajos serán nocturnos y bajo un estricto plan de manejo de tráfico para no colapsar la ciudad.
Pero la cosa no queda ahí. El proyecto también incluye la rehabilitación de calles en los distritos de Panamá y San Miguelito, con énfasis en solucionar los puntos críticos de drenaje en sectores como Tocumen, Las Acacias, Don Bosco y el dragado de la quebrada La Gallinaza. En San Miguelito, además de las calles, se construirán veredas y se atenderán puntos críticos del drenaje con una inversión que supera los B/.12 millones.
En Chiriquí, la joya del proyecto es la Ruta del Café en Boquete, con una inversión de B/.27 millones a lo largo de 25.2 kilómetros. Este proyecto conectará vías claves como Volcancito, El Salto, Jaramillo Arriba y Bajo Boquete, impactando directamente en la producción cafetalera y resolviendo seis puntos críticos que afectan la circulación en la zona.
Todas estas obras están programadas para arrancar en la temporada seca del próximo año y cada proyecto contará con un plan de mantenimiento de tres años, para que no quede en puro show.



