El Presidente de la República de Panamá, Laurentino Cortizo Cohen, de 70 años, ha regresado al país después de someterse a exámenes periódicos en el MD Anderson de Houston, Texas, Estados Unidos, por el diagnóstico de síndrome de mielodisplasia.
Los resultados de los exámenes hasta el momento de su salida de Houston han sido satisfactorios, con la enfermedad manteniéndose en remisión.
Es importante destacar que el síndrome de mielodisplasia es una afección que afecta la producción de células sanguíneas en la médula ósea.
El MD Anderson ha recomendado al mandatario continuar con el tratamiento para gestionar la enfermedad.
Según la información clínica disponible, este síndrome implica resultados incorrectos en el material esponjoso dentro de los huesos, donde se producen las células sanguíneas.
El tratamiento para los síndromes mielodisplásicos generalmente tiene como objetivo retardar la enfermedad, aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
Puede incluir transfusiones de sangre y medicamentos para estimular la producción de células sanguíneas. En casos particulares, se podría considerar el trasplante de médula ósea.
Las complicaciones de los síndromes mielodisplásicos abarcan anemia, infecciones recurrentes, sangrado persistente y un mayor riesgo de padecer cáncer, especialmente leucemia. Las estadísticas de supervivencia para síndromes mielodisplásicos varían, siendo de 1.6 a 8.8 años según canger.org.
La noticia del tratamiento del presidente en el extranjero ha generado críticas de sus detractores, quienes cuestionan la decisión de buscar atención fuera del país en lugar de utilizar el Hospital Oncológico local.
Además, algunos han expresado la necesidad de destinar mayores fondos a dicho hospital para beneficiar a los pacientes con cáncer en el país.
La situación ha suscitado debates sobre la disponibilidad y calidad de los servicios médicos en el sistema de salud nacional.