La espera terminó para los moradores de Wargandí, una comarca que durante años ha vivido entre sombras. En medio de la celebración por los 25 años de la creación de la comarca, una noticia encendió el ánimo de todos: ¡por fin tendrán luminarias! Y no cualquier tipo, sino con energía solar, una solución limpia, moderna y esperada desde hace décadas.
La ministra de Gobierno, Juana Montalvo, llegó hasta la casa del Congreso Wargandí, acompañada por su comitiva, que incluyó a la viceministra de Asuntos Indígenas, Doris Bill Fábrega, personal del Ministerio de Obras Públicas (MOP) y la Oficina de Electrificación Rural (OER). La visita no fue de protocolo: se sentaron con las autoridades tradicionales y pusieron sobre la mesa lo que viene para la comarca. Y lo que viene... viene con luz propia.

Las palabras de la viceministra Fábrega dejaron claro que hay proyectos concretos en marcha para esta región olvidada por años. Salud, educación y, lo más esperado: electricidad. Pero lo que más sorprendió fue lo que dijeron las autoridades locales: que esta es la primera vez que una ministra cumple lo que promete. “Cada vez que pedimos algo, el Gobierno no nos cierra las puertas”, dijeron los líderes. Palabras que no se escuchan todos los días.
Por su parte, el secretario nacional de Energía, Juan Manuel Urriola, confirmó que, a solicitud directa de la ministra Montalvo, en los próximos seis meses se instalarán luminarias solares en las tres comunidades principales de la comarca. Una verdadera revolución para una zona que al caer la tarde, se apagaba por completo.
Pero eso no es todo. El MOP también se pondrá manos a la obra con el diseño de una carretera que conectará a la comarca con el resto del país, una promesa largamente anhelada que ahora parece ir tomando forma.

El próximo 15 de agosto se llevará a cabo el Congreso General Ordinario, donde las autoridades indígenas debatirán temas claves como la interconexión eléctrica, nuevas infraestructuras, la ampliación del centro de salud y, por supuesto, la esperada carretera.
La visita no solo trajo promesas, sino compromisos con fechas y responsables. Y aunque falta mucho por hacer, en Wargandí por fin hay algo claro: la luz está en camino, y esta vez no es solo una metáfora.