El Gobierno trae a la mesa un proyecto de ley caliente: la Ley 163 . Su objetivo: actualizar la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social (CSS) y hacerla más fuerte para asegurar el futuro de las jubilaciones de los panameños. ¿La promesa? Garantizar pensiones universales para aquellos que no llegaron a completar todas sus cuotas y aumentar las jubilaciones según inflación y pobreza. ¿Son promesas reales o promesas de campaña? El tiempo lo dirá.
Ahora, ¿Cómo van a lograr este tremendo reto? Bueno, el Estado se compromete a poner más dinero en la olla: 966 millones de dólares al inicio. Pero no solo el Estado, los patronos tendrán que sacar la billetera con un 3% adicional en las cuotas, lo que podría sumar unos 250 millones de dólares al año . La cereza del pastel es la jugosa mejora en los rendimientos de las inversiones de la CSS , que según el ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman , no han estado a la altura de lo que el mercado exige.
Históricamente, las inversiones de la CSS han sido flojas. En el periodo 2019-2023, la CSS logró un rendimiento de solo 4.39% , bastante por debajo de lo que ha conseguido el Siacap , que supera el 5.7% desde su creación. ¿Por qué esa diferencia? ¡Porque hay que modernizar las inversiones, no seguir con las mismas estrategias de siempre!
Las críticas no se han hecho esperar. Muchos se preguntan si esto es un primer paso hacia la privatización de la gestión de las reservas de la CSS. Pero Chapman se defiende, asegurando que lo que se busca es modernizar y actualizar , no privatizar. De hecho, el artículo 65 de la ley plantea que la CSS podrá delegar la gestión de sus inversiones a personas jurídicas con licencia de administrador de inversiones. Es decir, se busca traer sangre nueva para mejorar los resultados, aunque la responsabilidad final sigue en manos de la CSS.
En el papel, el proyecto de ley 163 promete cambiar la forma en que la CSS maneja su cartera. De aprobarse, se permitiría a la CSS invertir en bonos emitidos por Estados Unidos y otros países con grado de inversión, además de aumentar el porcentaje de sus activos en instrumentos del Estado panameño del 50% al 75% . Además, los instrumentos para proyectos privados se podrán comprar a través de la Bolsa de Valores de Panamá o entidades bancarias con grado de inversión, pero no de forma directa, para reducir riesgos.
Chapman asegura que esta reforma no es improvisación , sino que se basan en las mejores prácticas internacionales, buscando garantizar el manejo adecuado de los fondos y obtener mayores rendimientos. ¿Logrará el Gobierno realmente asegurar el futuro de las pensiones, o será una jugada política más? Lo sabremos pronto, ya que el primer debate de estas reformas será el 14 de noviembre en la Asamblea Nacional.
La pregunta final: ¿Están los panameños listos para confiar en este nuevo rumbo para sus pensiones, o es solo un cuento más?
