Ni sanciones, ni represalias. El Ministerio de Educación (MEDUCA) puso fin a los rumores que agitaban las redes sociales como polvorín: los docentes que regresen a las aulas no serán despedidos, ni castigados.
A días del arranque oficial del segundo trimestre escolar, que inicia el lunes 23 de junio, el director general de Educación, Edwin Gordón, salió al paso para apagar las llamas de la incertidumbre que amenazaban con extender el ausentismo escolar.
“No va a haber destitución de docentes que regresen a las aulas”, declaró Gordón en tono firme, reiterando que muchos educadores ya han retomado sus funciones sin ser objeto de sanciones.
La declaración viene como respuesta directa a cadenas de WhatsApp, publicaciones virales y audios anónimos que circularon asegurando lo contrario. Ante eso, MEDUCA decidió cortar de raíz la ola de desinformación y calmar los nervios de miles de maestros que aún se debaten entre el deber y el temor.
Según la entidad, la ministra de Educación ha sido clara: no se perseguirá a ningún educador por reincorporarse. Todo lo contrario, el llamado es a regresar, recuperar el tiempo perdido y garantizar que el año lectivo 2025 siga su curso sin más tropiezos.
“Exhortamos a los docentes a que no se dejen engañar por quienes desinforman y generan zozobra”, enfatizó Gordón, dejando claro que detrás de estos mensajes habría intereses que buscan sembrar división y caos en un momento clave para el sistema educativo nacional.
Además de disipar rumores, el MEDUCA aseguró que ya se están haciendo ajustes en las proformas de trabajo y se están normalizando los pagos de salarios para quienes han seguido laborando o están en proceso de reincorporación.
“Vamos a garantizar que este año lectivo no se pierda. La educación es la única vía para que el estudiante avance”, subrayó el director.
El ministerio también hizo un llamado a los padres de familia: a confiar, a colaborar y a apoyar el retorno ordenado a clases. Y a los maestros que aún dudan, les pidió dar ese paso sin miedo. Porque, según el MEDUCA, no hay trampa ni castigo oculto.
¿El mensaje final? Vuelvan a sus salones. El pizarrón los espera. Las sanciones, aseguran, no existen. Y lo único que está en juego, es el futuro de los estudiantes.



