Pese a su juega vivo, el expresidente Ricardo Martinelli tiene que enfrentar hoy el juicio oral por el caso de los “pinchazos telefónicos”.
Para evitar su responsabilidad, ha hecho de todo. Huyó hacia EE. UU., luego sus amigos de la Corte le pusieron tres jueces gelatinosos y lo declararon no culpable, ha metido cualquier cantidad de incapacidades médicas y ahora, al parecer, usa lo único que le queda, tratar de transar con las víctimas porque busca zafarse de la justicia.
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Para rematar, un violento diputado del PRD por San Miguelito ya presentó una iniciativa legislativa para que se anulen las penas accesorias (inhabilitación para cargos públicos) por si es condenado. Sin olvidar que si las normas son favorables al reo pueden ser retroactivas, de acuerdo con nuestra Constitución Política.
Esto demuestra que el expresidente hace en esta etapa lo que ha hecho siempre: Comprar periodistas, diputados, políticos y ahora con todos los millones de dólares que tienen él y sus hijos, no le queda de otra que hacer gala de su perversa chequera.
