Los trajes típicos de Panamá tienen una historia que se construyó a lo largo de siglos.
La pollera, hoy símbolo nacional, nació de la influencia de los vestidos amplios y adornados que usaban las mujeres españolas en los siglos XVI y XVII.
Con la llegada de estos atuendos al istmo, las comunidades mestizas, negras e indígenas comenzaron a transformarlos según su entorno.
Cambiaron los materiales, adaptaron los colores al clima tropical y agregaron detalles que con el tiempo dieron identidad propia a la prenda.
Lo que alguna vez fue ropa de uso cotidiano evolucionó hasta convertirse en una pieza elaborada, con bordados y técnicas que varían según la región, reflejando la diversidad cultural del país.
El traje típico masculino también forma parte de esta historia. La cotona, sencilla y práctica, acompañó por generaciones al hombre de campo y hoy se mantiene como un símbolo del folclore panameño.
Pollera y cotona continúan vivas gracias a quienes las confeccionan y preservan con orgullo.

