Julio César Dely Valdés volvió a ponerse el 'jacket' de técnico de la selección de fútbol de Panamá ayer, y lo hizo por primera vez desde aquel fatídico 15 de octubre de 2013 cuando murió el sueño de llegar al Mundial Brasil 2014.
Han pasado 2 mil 163 días, y muchas cosas han cambiado desde entonces.
Ayer, 'el Panagol' se mostró muy sonriente, nada parecido a las últimas semanas de la eliminatoria a la Copa del Mundo de 2014, cuando todo era tensión entre su persona y la prensa.
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El colonense, que esta vez lleva el gafete de interino, trabajó en la cancha del estadio Luis Ernesto 'Cascarita' Tapia con 24 jugadores, en su mayoría elementos que formarían la Sub-22, que en julio próximo participará en los Juegos Panamericanos.
El estratega, en conferencia de prensa, explicó que decidió iniciar con estos 'muchachos' porque 'necesitan trabajar', y agregó que con el equipo que se fogueará ante Brasil el 23 de marzo 'no vamos a entrenar, vamos a viajar (a Portugal) y los jugadores con que vamos a afrontar este partido están fuera del país, así que el tiempo es muy corto, es un gran enemigo que tenemos'.
Reto: Catar 2022
Explicó también que Panamá sí está obligado a clasificar al Mundial de Catar 2022, sin importar que la infraestructura del balompié local diste mucho de la que debe tener un equipo mundialista.
Para terminar, aclaró las ausencias en la sesión de ayer del lateral izquierdo Kevin Galván, este por dolencias en el dedo de un pie; y de Valentín Pimentel, 'por un percance familiar'. De este último, señaló que lo usaría más cerca del área, y no de volante de contención, como ha jugado últimamente el placino.
'Tiene cualidades para estar más cerca de la portería contraria. Tiene poderío aéreo, capacidad para rematar de cabeza, tiene pase de gol; yo creo que hay que sacarle provecho a sus habilidades', concluyó.
Por: Víctor Bárcenas | Mi Diario



