Un nuevo episodio de sangre estremeció la noche en el sector El Futuro, corregimiento Arnulfo Arias Madrid, donde un adolescente de apenas 14 años perdió la vida tras recibir múltiples disparos dentro de una vivienda marcada con el número 502.
El hecho ocurrió frente a la escuela del área, donde residentes escucharon las detonaciones que rompieron la tranquilidad del vecindario. Al llegar las autoridades, hallaron el cuerpo sin vida de Cristian Antonio Fuentes Lino, quien quedó tendido en la sala de la residencia producto de las heridas de bala que recibió a quemarropa.
La escena quedó rodeada de patrullas y unidades policiales, mientras vecinos observaban con incredulidad cómo la violencia se había colado, una vez más, en su comunidad.
Algunos comentaban en voz baja que la víctima no era un muchacho cualquiera: a su corta edad ya tenía una historia vinculada con el crimen.
De acuerdo con las primeras verificaciones oficiales, Fuentes Lino mantenía una medida de detención domiciliaria por un homicidio ocurrido recientemente en Panamá Viejo, también perpetrado con arma de fuego. Esa condición judicial lo obligaba a permanecer bajo custodia en su casa, pero la muerte lo alcanzó antes de enfrentar un juicio formal.
El caso levanta interrogantes sobre cómo un menor, apenas entrando a la adolescencia, terminó envuelto en un círculo de violencia tan peligroso.
Para muchos residentes, lo que pasó este martes es un reflejo de la dura realidad que se vive en varios barrios de la capital, donde armas y jóvenes se cruzan en una combinación fatal.Agentes de la Dirección de Investigación Judicial y funcionarios del Ministerio Público recogieron casquillos de bala y otros indicios en la escena. Las autoridades confirmaron que las pesquisas siguen activas para identificar a los responsables, aunque hasta ahora no se han revelado mayores detalles sobre los posibles móviles del ataque.
Mientras tanto, la familia del menor enfrenta el dolor de su pérdida en circunstancias marcadas por la tragedia y la controversia. A pesar de los señalamientos judiciales en su contra, era un hijo, un hermano, y ahora su nombre se suma a la larga lista de jóvenes que mueren violentamente en el país.
Este nuevo crimen vuelve a encender las alarmas sobre la facilidad con la que circulan armas de fuego en los barrios y el poco valor que parece tener la vida de los más jóvenes en medio de disputas y venganzas. Lo cierto es que, en la vereda frente a la escuela de El Futuro, quedó la huella de otra noche de terror que difícilmente será olvidada por sus habitantes.


