El caso que cruzó fronteras por su crudeza y silencio hoy tiene justicia. En un fallo sin titubeos, el sistema judicial colombiano condenó a José Leonardo Quevedo a 39 años y 4 meses de prisión por el homicidio del médico panameño José Luis Santa María, un crimen que estremeció tanto a Bogotá como a Panamá.
Todo ocurrió en octubre de 2022, en el sector de Chapinero, una de las zonas más concurridas de la capital colombiana.
Según los hechos presentados durante el juicio oral, Quevedo entró a la residencia del doctor Santa María y lo atacó con arma blanca en repetidas ocasiones. Pero no se detuvo allí. Tras cometer el crimen, roció gasolina por el lugar, intentando borrar cualquier rastro de su presencia y evitar ser atrapado.
La Fiscalía General de la Nación no dio tregua. Reunió pruebas contundentes que incluían testimonios, análisis forenses y evidencia tecnológica que terminaron por incriminar al procesado. El resultado fue una condena ejemplar, que muchos en Colombia y Panamá aplauden hoy como un mensaje claro: la violencia no quedará impune.
Uno de los momentos más emotivos del juicio fue la reacción de los familiares de la víctima. Uno de ellos, visiblemente afectado, solo alcanzó a decir: “Este es un ejemplo de que la justicia, aunque tarde, siempre llega.”
José Luis Santa María era un profesional de la salud reconocido y querido tanto por su comunidad como por sus colegas. Su trágica muerte dejó un vacío profundo en su familia y en quienes lo conocieron. La condena no borra el dolor, pero representa un cierre a un episodio que marcó a dos países.