De varias puñaladas fue asesinada Guadalupe Villarreal, de 52 años de edad, en su casa de campo ubicada en Lídice de Capira.
Lo peor del caso es que fue su propio empleado, un hombre de 48 años de edad, quien le quitó la vida.
El hecho ocurrió el domingo en horas de la noche y se presume que este empleado estaba obsesionado con ella.
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SE FUE SOLA
Ese día el hombre aprovechó que Guadalupe llegó sola a la finca, ya que sus hijas, que siempre la acompañaban, no asistieron.
Mientras su compañero de trabajo fue a ver unas reses y un ternero, el hombre aprovechó para acosar a Guadalupe. Se presume que la amenazaba con un arma punzocortante, pero ella se resistió a sus ofrecimientos.
Otro empleado que se encontraba cerca escuchó los gritos de auxilio y al ingresar a la casa encontró a su patrona tirada en el suelo en medio de un charco de sangre.
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Mientras los peritos levantaban las evidenicas y las diligencias para el traslado del cadáver a la morgue judicial, el homicida se entregaba con un abogado en la sede policial de La Chorrera.
Con información de Raúl Vega
