La Policía Nacional y el Ministerio Público asestaron un fuerte golpe a un grupo delictivo dedicado a delitos financieros y blanqueo de capitales, con un perjuicio que supera los 2.8 millones de dólares contra un banco.
La acción, denominada Operación Apáti, se desarrolló en Chiriquí y Bocas del Toro e incluyó ocho allanamientos simultáneos que terminaron con la captura de seis personas —cinco hombres y una mujer, todos panameños— y el decomiso de evidencias vinculadas al caso.

Según las autoridades, la banda operaba bajo un modus operandi de cuello blanco: reclutaban a personas para solicitar préstamos bancarios, presentando como respaldo avalúos falsos de terrenos y estados financieros ficticios, con lo que lograban el desembolso de los fondos. Posteriormente, el dinero era movido para ocultar su origen.
Los detenidos y el material incautado fueron puestos a órdenes del Ministerio Público, que ahora sigue el rastro del dinero y no descarta más capturas.
En la calle, el comentario es uno solo: de hacer “negocios” en oficinas… a rendir cuentas en un tribunal.



