La sinvergüenzura de los miembros del grupo criminal que representaba al Cártel del Golfo fue tal que estuvieron dispuestos a cobrar una alta cifra económica en un supermercado en la vía España a escasos metros del edificio Avesa, sede de la Fiscalía que justamente llevaba a cabo la investigación.
El procurador Javier Caraballo indicó que la Operación Fisher inició hace 22 meses, y que cuando pusieron en marcha la investigación se enfocaron en desmantelar grupos criminales complejos y no quedarse en microtráfico o incautación menores.
El objetivo era “recabar suficiente elementos para un gran caso”, expresó Caraballo, antes de decidir que el grupo criminal fue desmantelado al completo.
Evaluaban el modus operandi, seguían de cerca la llegada de grandes cargamentos de droga desde Colombia hasta la costa caribeña en la provincia de Colón. Localidades como Santa Isabel o Nombre de Dios era donde se recibían las sustancias ilícitas. El siguiente paso era si esta droga se distribuía en grandes embarcaciones o pequeñas con doble fondo, así como autos vía terrestre.
En 22 meses se incautó tonelada y media, todo relacionado al Clan del Golfo. Caraballo detalló que luego de una operación exitosa de los narcotraficantes se observaba movimientos en sitios públicos con altas cifras ecónomicas en efectivo.
“Días después iban a centros comerciales donde recibían cantidad importantes por el trasiego de la droga. En 6 incautaciones se incautó 849 mil dólares”, reveló.
Pero la cereza al pastel fue una entrega económica que se intentó llevar a cabo en el supermercado más próximo al edificio Avesa.