¡Lo que empezó como un paseo de Semana Santa terminó en tragedia! Una embarcación llamada Gaspar se hundió el Viernes Santo frente a las costas de la isla San Miguel, en el archipiélago de Las Perlas, dejando dos muertos, un hombre desaparecido y una veintena de rescatados… ¡entre ellos un bebé de apenas año y medio!
Las redes sociales estallaron con comentarios sobre “la ira de Dios”, mientras muchos se preguntan si fue imprudencia humana o un castigo divino.
Lo cierto es que la tragedia marcó este fin de semana largo con dolor y angustia para más de una familia.
Según reportes oficiales del Cuerpo de Bomberos y del SENAN, el bote zarpó desde el puerto de Amador el viernes a la 1:00 p.m. rumbo a San Miguel. Pero a eso de las 3:30 p.m., el capitán avisó que estaban en problemas y que el bote se estaba hundiendo.
¡Terror en el mar!
Se activaron los protocolos de emergencia y comenzó el despliegue de búsqueda por aire, mar y tierra.
Durante la madrugada, dos mujeres fueron halladas por una lancha particular, lo que ayudó a redirigir la operación y permitió rescatar a otras 18 personas.
Se reveló a Mi Diario que todos los pasajeros llevaban chalecos salvavidas, lo que ayudó a evitar una tragedia mayor.
Aún así, dos hombres fueron encontrados sin vida, aún sin identificar, y un tercero sigue desaparecido. Entre los rescatados hay un angelito de un año y medio, que milagrosamente salió ileso.
Muchos de los sobrevivientes estaban quemados por el sol, deshidratados y algunos incluso con quemaduras causadas por combustible derramado en el mar.
“Fue desesperante. Pensé que moriríamos ahí”, relató uno de los sobrevivientes que pidió no ser identificado. Los heridos fueron trasladados al Hospital Santo Tomás, la Policlínica del Marañón, el Complejo de la CSS y hasta al hospital de la 24 de Diciembre, por la gran cantidad de afectados.
¿Se excedieron en capacidad? ¿Falló el motor?
Las causas del naufragio aún no están claras. La Autoridad Marítima de Panamá investiga si el bote llevaba más personas de las permitidas o si hubo alguna falla mecánica.
Mientras tanto, el dolor embarga a las familias de los fallecidos y del desaparecido, y los rescatistas siguen peinando el mar con la esperanza de hallar con vida al último desaparecido.
¡Precaución, panameños!
Las autoridades reiteran el llamado a cumplir con las normas de seguridad al abordar embarcaciones, especialmente en feriados.
“No se arriesguen por una aventura. La vida vale más”, dijo un internauta.
Una Semana Santa que debía ser de reflexión y descanso terminó tiñéndose de luto.
Qué Dios tenga en su gloria a los fallecidos y le dé fuerza a los sobrevivientes y familiares.