El barrio de San Joaquín, en el corregimiento de Pedregal, vivió una noche de terror cuando una ráfaga de disparos interrumpió la calma del vecindario. Un joven perdió la vida y dos personas más resultaron heridas en medio de la violenta balacera que estremeció a esta populosa zona roja de la capital.
Eran cerca de las 10 de la noche de la noche del martes cuando el sonido de las balas rompió el silencio.
Vecinos relataron que los disparos se prolongaron por varios minutos, tanto que algunos pensaron que se trataba de fuegos artificiales. Pero la tragedia no tardó en asomarse: al cesar los disparos, encontraron tendido en el pavimento a un joven identificado como “Carlos”, quien, según testigos, no tenía ningún vínculo con pandillas ni con actividades delictivas. “Era tranquilo, siempre iba de la casa al trabajo”, contó un residente con evidente tristeza.
Además del fallecido, al menos dos personas resultaron heridas y fueron trasladadas de urgencia a un hospital cercano, donde permanecen bajo observación médica. Hasta ahora, las autoridades no han confirmado si los heridos estaban involucrados en el intercambio de disparos o si fueron alcanzados por balas perdidas.
La comunidad no oculta su molestia. Muchos vecinos cuestionan la efectividad del puesto de control policial instalado en la entrada del barrio, asegurando que los agentes “solo llegan cuando todo ha pasado”. La frustración es evidente entre quienes viven día a día con miedo a quedar atrapados en medio de la violencia. “Aquí uno ya no puede ni salir al colmado sin miedo. El que sufre es el pueblo”, expresó una residente mientras observaba el movimiento de patrullas y ambulancias.
Unidades de la Policía Nacional y del Ministerio Público acordonaron el área tras el tiroteo, mientras los peritos de la Sección de Homicidios recolectaban casquillos y levantaban indicios.


