Inhumano. Con esta palabra se puede describir lo que encontraron funcionarios de la Defensoría del Pueblo en una visita al Centro Penitenciario La Joya.

En su recorrido por los diferentes pabellones hallaron en la sala de seguridad interna del centro, una persona que padece de trastornos psiquiátricos, esposado y con grilletes en la mano, desde hace más de dos meses con iluminación artificial permanente.
Nada cambia
Este privado de libertad, según el informe por parte del Mecanismo Nacional para la Prevención de la Tortura realizaba sus necesidades fisiológicas en cartuchos plásticos y a la intemperie; además sin ropa de cama ni colchón. Al momento de la visita no contaba con los medicamentos para su control ordenado por los facultativos.
En un comunicado por parte del Sistema Penitenciario, informó que ya realizaron las gestiones correspondientes con la clínica Virgen de la Merced y el centro de Salud de Pacora, para la atención médica y suministro de medicamentos al privado de libertad para su atención especializada.
Destaca el escrito que el afectado por su condición especial de salud fue reubicado en uno de los pabellones del penal y está siendo atendido por los médicos. El privado se encontraba fuera de su pabellón para salvaguardar la integridad física del resto de los privados, señala el comunicado.