Como era de esperarse, una vez que asumió en el cargo el nuevo director de la Policía Nacional (PN), Gabriel Medina, movió sus fichas en el complejo ajedrez de la entidad a fin de lograr los cambios que se necesitan en la entidad.
Por ahora, han sido seis comisionados y dos subcomisionados los trasladados a diversos puestos operativos. Sin embargo, entre estas rotaciones llaman la atención las realizadas a nivel de los centros penitenciarios.
Y es que de acuerdo con una circular con fecha del 1 de febrero emitida por el comisionado Raymundo Barroso, de la Dirección Nacional de Seguridad Ciudadana, a los jefes de zonas policiales, se les pide información actualizada de las unidades policiales que no han prestado servicio en los centros penitenciarios del país durante un mínimo de tres años.
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De acuerdo con la nota, esto excluya a las unidades que presenten alguna situación de salud o familiar, previo respaldo de un informe de Trabajo Social.
Mi Diario consultó qué busca esta decisión y, de acuerdo con una alta fuente a lo interno de la entidad, es hacer más “democrático” el trabajo en los centros penitenciarios porque hay unidades policiales que con frecuencia son asignadas a prestar servicio en los distintos penales, mientras que otras no lo hacen.
Históricamente, la rotación en los penales ha sido vista como una forma de castigo, algo que buscaría cambiar el nuevo director de la Policía Nacional haciéndola más democrática.