Con la voz entrecortada y el rostro marcado por el miedo, una mujer de 32 años de la comarca Ngäbe-Buglé rompió el silencio para pedir ayuda.
“Temo por mi vida y la de mis hijos”, fueron sus primeras palabras en un video que circula por redes sociales, donde cuenta cómo su expareja presuntamente la agredió brutalmente dentro de su casa en el corregimiento de Asael Tugrí, distrito de Ñürüm.
Según el relato, el hombre llegó a la vivienda en horas de la noche, presuntamente bajo los efectos del alcohol, y comenzó a exigirle que retomaran la relación. Al negarse, él la atacó con golpes, la tiró al suelo y la estranguló hasta dejarla sin aire, todo frente a sus hijos que dormían en otra habitación.
La víctima asegura que el agresor la amenazó con un arma blanca, y que incluso intentó quemarle el rostro con un encendedor, mientras le gritaba que si no estaba con él “a la buena”, sería “a la mala”.
Desesperada, la mujer contó que sus tres hijos despertaron por los gritos y corrieron a abrazarla, impidiendo que el atacante continuara. “El niño se metió entre los dos y me dijo: ‘vámonos, mamá’. Los tres me abrazaron y él se fue”, narró entre lágrimas.
Sin embargo, antes de marcharse, el hombre habría vuelto a amenazarla: “Tu mamá no se va a salvar, la tengo velada, en cualquier momento le saco la vida”, según su testimonio.
La Policía actuó

La Policía Nacional, tras recibir una denuncia ciudadana, aprehendió a un hombre de 34 años señalado por presuntamente agredir a su expareja. El operativo se realizó en la comarca Ngäbe-Buglé, donde unidades de la institución lograron ubicarlo y trasladarlo al cuartel policial de Tolé, para luego ser remitido al Ministerio Público, que continúa con las investigaciones.
Fuentes oficiales confirmaron que la aprehensión fue parte del seguimiento a la denuncia interpuesta por la víctima, quien ya había reportado presuntas agresiones anteriores sin recibir respuesta inmediata. El agresor deberá enfrentar la justicia por violencia doméstica y amenazas con arma blanca, delitos que mantienen en alerta a las autoridades de la región.
En su testimonio, la mujer pide protección y una respuesta más rápida de las autoridades:
“No sé si están esperando que me maten para venir a buscarlo. Yo solo quiero vivir tranquila con mis hijos, ellos dependen de mí”, expresó con angustia.
La Policía Nacional reiteró su compromiso con la atención oportuna a las víctimas de violencia doméstica, prometiendo reforzar la vigilancia y garantizar el seguimiento de los procesos judiciales y sociales que correspondan. Mientras tanto, la comunidad pide que este nuevo caso no quede en el olvido, y que la justicia llegue antes de que la tragedia se repita.



