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    Cervalgia: cuando el cuello avisa que algo no anda bien

    Cuando el dolor es intenso o se acompaña de pérdida de fuerza o sensibilidad, es importante acudir al médico
    Publicado el: 26 de octubre del 2025, 11:00 am
    Por Monserrat Alzamora
    CORPRENSA
    Cervalgia: cuando el cuello avisa que algo no anda bien
    La mejor forma de prevenir la cervalgia es mantener una buena postura y adoptar hábitos saludables en la rutina diaria.


    El término cervalgia proviene del latín cervix (cuello) y del griego algia (dolor), y se refiere al dolor en la región cervical, es decir, en el cuello. Aunque puede parecer un malestar leve o pasajero, la cervalgia es una de las causas más comunes de consulta médica y fisioterapéutica, especialmente en personas que trabajan muchas horas frente a una computadora o mantienen posturas inadecuadas.

    ¿Qué es la cervalgia?

    La cervalgia es un dolor localizado en el cuello que puede variar en intensidad: desde una molestia leve hasta un dolor punzante o incapacitante. A veces se presenta de forma aislada, y en otras, se extiende hacia los hombros, la cabeza, los brazos o la espalda alta.

    Este dolor puede ser consecuencia de una tensión muscular o reflejar problemas en las vértebras cervicales, los discos intervertebrales o los nervios que pasan por la zona.

    Síntomas de la cervalgia

    Los síntomas más habituales incluyen:

    • Dolor o rigidez en el cuello, sobre todo al girar o inclinar la cabeza.

    • Sensación de pesadez o tirantez en la parte posterior del cuello.

    • Dolor que puede irradiarse hacia los hombros, los omóplatos o los brazos.

    • Dolor de cabeza (cefalea tensional) asociado a la contractura cervical.

    • En algunos casos, hormigueo o entumecimiento en las manos o brazos.

    Cuando el dolor es intenso o se acompaña de pérdida de fuerza o sensibilidad, es importante acudir al médico, ya que podría tratarse de una compresión nerviosa o hernia cervical.

    Según su duración y características, se clasifica principalmente en:

    • Cervalgia aguda: aparece de forma repentina, generalmente por una contractura o esfuerzo brusco. Dura pocos días o semanas y suele mejorar con reposo y tratamiento básico.

    • Cervalgia crónica: persiste más de tres meses y puede deberse a degeneración articular, malas posturas mantenidas o estrés repetitivo.

    También puede describirse como cervicalgia mecánica (por esfuerzo físico o postura) o cervicalgia neuropática (por irritación de un nervio).

    Causas más frecuentes

    Las causas de cervalgia son diversas. Algunas de las más comunes son:

    • Mala postura: pasar mucho tiempo frente a una pantalla o dormir en posiciones incómodas.

    • Tensión muscular: producto del estrés o ansiedad.

    • Traumatismos leves: como el llamado “latigazo cervical” tras un accidente de tránsito.

    • Artrosis cervical: desgaste de las articulaciones del cuello con la edad.

    • Hernias discales cervicales: cuando un disco intervertebral presiona una raíz nerviosa.

    • Enfermedades inflamatorias o infecciosas: menos frecuentes, pero posibles causas.

    El tratamiento depende de la causa, pero las opciones más comunes incluyen:

    • Medicamentos: analgésicos, antiinflamatorios o relajantes musculares.

    • Fisioterapia: masajes terapéuticos, ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.

    • Aplicación de calor local: ayuda a relajar los músculos tensos.

    • Corrección postural: uso ergonómico del escritorio o del celular.

    • Ejercicio moderado: mantener movilidad y tono muscular adecuados.

    • Terapias complementarias: acupuntura, yoga o técnicas de relajación.

    En casos graves, puede requerirse tratamiento especializado, como infiltraciones o cirugía, especialmente cuando hay compromiso neurológico.

    PREVENCIÓN

    La mejor forma de prevenir la cervalgia es mantener una buena postura y adoptar hábitos saludables en la rutina diaria. Es importante evitar encorvarse o mantener la cabeza inclinada durante largos periodos, ya que esto genera tensión en los músculos del cuello. También se recomienda ajustar la altura del monitor o utilizar un soporte adecuado para portátiles, de modo que la pantalla quede a la altura de los ojos.

    Dormir con una almohada que mantenga el cuello correctamente alineado con la columna ayuda a reducir la presión cervical. Además, realizar pausas activas y estiramientos frecuentes cuando se trabaja frente a una computadora contribuye a relajar la musculatura y prevenir molestias.

    Etiquetas: Dolor intensocuelloposturaregión cervical

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