El potasio es un mineral que necesitamos para el buen funcionamiento de nuestro organismo, ya que interviene en procesos tan importantes como la síntesis y la contracción muscular, la transmisión nerviosa, mantener el equilibrio ácido-base, la producción de proteínas y mantener el ritmo cardíaco dentro de los valores que se consideran normales.
El potasio, junto con el sodio, ayudan a evitar la retención de líquidos. Y es que ambos minerales deben estar en equilibrio, pero cuando ingerimos más cantidad de sodio que de potasio, este se empodera produciendo una retención de líquidos en nuestro organismo, de ahí que hayamos escuchado miles de veces que para evitar la retención de líquidos debemos limitar el consumo de sal.
Es aquí cuando entra en juego el potasio y la importancia del equilibrio. El consumo de sal es necesario e indispensable para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, pero debemos moderar su consumo y el de aquellos alimentos que lo contengan un exceso, a la vez que aumentamos el de aquellos que son ricos en potasio, con el fin de evitar la retención de líquidos, contrarrestar una subida de presión arterial y, por lo tanto, disminuir el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Entre las principales fuentes de potasio encontramos las verduras de hoja verde como las espinacas y la col rizada, raíces y tubérculos como las zanahorias y las patatas; y frutas como las naranjas, las uvas, las moras, el aguacate o el mango. El potasio no solo es bueno para controlar la retención de líquidos, sino que su consumo también ayuda a mantener los huesos fuertes y disminuir el riesgo de sufrir cálculos renales.


