En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, el arzobispo Metropolitano, José Domingo Ulloa, dio un poderoso mensaje en la eucaristía celebrada este domingo, donde explicó que Dios puede ser un bálsamo en medio de una enfermedad mental.
Contó que el drama del siglo XXI es prescindir de nuestro Señor, algo que provoca violencia, egoísmo y odio.
La verdadera sabiduría es tomarnos la vida de manera honesta y guardar un corazón que ame a Dios y no entregarnos a las cosas de este mundo que nos quitan el sueño, nos hacen vivir de prisa y a la larga nos causan ansiedad, hipertensión, úlcera y depresión, reveló el religioso, que aconsejó desprenderse.
“Tenemos que trabajar juntos todos los sectores de la sociedad para que la atención de salud mental sea una realidad para todos. Nos corresponde que nuestras familias estén atentas a los comportamientos de los demás miembros porque hay señales de enfermedades mentales que no debemos ignorar y esperar que la situación se agrave porque sentimos vergüenza de tener un familiar con problemas de salud mental, por eso es fundamental que los responsables de la formulación política de salud tengan en cuenta factores que está dejando la pandemia en los niños, jóvenes, ancianos y, especialmente, en las mujeres, quienes durante esta pandemia han tenido la sobrecarga y el factor de la violencia doméstica”, dijo y recalcó que estas personas a menudo sufren en silencio sin ser reconocidas por los demás, están aisladas, carecen de apoyo y a menudo son víctimas del injusto estigma social, por lo que no deben estar solas.
“Hermanos y hermanas, la enfermedad mental no es ni un fracaso moral ni un defecto de carácter, no es señal tampoco de una fe insuficiente o de una voluntad débil. No vacunan a las personas contra la enfermedad mental, de hecho hombres y mujeres de sólida integridad moral y santidad heroica han sufrido enfermedades mentales. Aunque no debemos esperar que la oración, la lectura de la escritura o los sacramentos curen nuestros desórdenes mentales, sí alivian nuestro sufrimiento emocional... Deben tratar de buscar y confiar en Dios”, concluyó.
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