Cuatro de cada 10 hombres y 5 de cada 10 mujeres han sentido en algún momento ansiedad, la cual afecta su deseo durante un encuentro sexual, señalan especialistas.
Por lo general, la ansiedad surge por la preocupación acerca de su apariencia en general y su desempeño. Las mujeres se preocupan del dolor que podrían sentir o si excitan lo suficiente a su pareja. Los hombres se inquietan por lograr y mantener por más tiempo la erección.
Petra Boynton, psicóloga social especializada en sexo y las relaciones de pareja y miembro de Sense about Sex, dice que para darle batalla a este “problema”, es necesario cambiar la idea acerca del sexo, por lo que aconseja:
1. Reconocer que no es fácil. Es normal tener una sensación de pánico cuando se trata de sexo. Surge el temor a la crítica y la ansiedad por satisfacer a la pareja. Ante ello, lo ideal no es anticiparse a los hechos y establecer una comunicación abierta, exponiendo estos “prejuicios”.
2. Expresa tus inquietudes. Pregúntate si hay problemas para hablar de tu vida sexual con tu pareja; la libertad que tienes para que sea diferente o mejor y las cosas que pueden cambiar para hacerlo más placentero.
3. Escribe acerca de tus sentimientos. Puedes escribir cómo deseas experimentar más placer y ganar más confianza en la cama. Cerciórate de que no te encuentres bajo estrés o con un problema de salud; si este es el caso, comunícaselo a tu pareja y busca tratamiento médico de inmediato.
4. Controla tu respiración. Cuando te encuentres en el preámbulo, trata de controlar tu respiración, ya que los síntomas de la ansiedad surgen por malos hábitos al respirar.
5. Busca aquello que te relaje. Por ejemplo, si para ti un baño caliente es relajante, no esperes a tomarlo y crear una atmósfera romántica con velas y aromas agradables o afrodisiacos para avivar el deseo. También puede funcionar que tu pareja te dé un masaje.
Cuando sientas que te invade un ataque de ansiedad, distrae tu mente. Una estrategia es controlar los pensamientos, reemplazarlos por ideas positivas y agradables o escuchar música. En casos extremos, se sugiere psicoterapia que te ofrezca ayuda sobre cómo tratar el miedo y el rechazo, además de técnicas de relajación y control de pensamientos negativos.



