En una preocupante rueda de prensa, funcionarios del departamento de Control de Vectores del Ministerio de Salud en la región de Chiriquí anunciaron el registro de mil 717 casos de dengue clásico hasta la semana epidemiológica número 46, generando una creciente inquietud entre las autoridades y la población. .
El jefe del departamento, Patricio Camarena, hizo un llamado urgente a la ciudadanía para que tome medidas preventivas y eliminación de posibles criaderos del mosquito transmisor del dengue. “Es crucial realizar la limpieza de envases y sitios que puedan acumular agua tanto en las partes internas como externas de las residencias. Incluso en los tallos de algunas plantas se empoza agua, convirtiéndose en criaderos potenciales”, advirtió Camarena.
Los datos revelan que todos los distritos de la provincia han sido afectados, siendo David el más impactado con 840 casos, seguido por Barú con 429 casos. Bugaba mantiene 178 casos, Dolega 78 y Alanje 72. Otras áreas afectadas incluyen Boquerón con 42 casos, Gualaca 19, Boquete 13, Tierras Altas 12, Renacimiento y San Félix con 9 casos cada uno, San Lorenzo con 8 y Tolé con 7 casos.
“Es fundamental que la población colabore para evitar el aumento de casos de dengue y otras enfermedades. Hemos superado significativamente la cifra del cierre del año 2022, que fue de 223 casos”, señaló el técnico.
Además, se informó sobre un total de 66 casos de malaria registrados en la provincia, la mayoría provenientes de áreas endémicas como las comarcas Ngäbe-Buglé, Guna Yala, Darién y otras regiones del país.
Ante la creciente preocupación, Camarena instó a las personas que experimentan síntomas como escalofríos, fiebres y dolores de cabeza o músculos a acudir de inmediato a un centro de salud cercano o contactar al personal de control de vectores. Este equipo será el encargado de tomar muestras de sangre para su análisis y determinar si se trata de malaria u otra afección.
Las autoridades de salud están redoblando esfuerzos para controlar la propagación de estas enfermedades, pero la colaboración de la comunidad se vuelve esencial en la lucha contra estos brotes de alarma.



