Según publica la revista del MIT, 'Technology Review', ya existe un app a través de la cual se puede a domicilio.
Se trata del Banco de Esperma de Londres, el cual explica que los usuarios que deseen hacer uso del servicio recibirán notificaciones en cuanto haya nuevos donantes disponibles, algo que podría acelerar las cosas para los esperanzados padres. El camino hacia la concepción puede durar años para las personas que necesitan tecnologías reproductivas, así que acelerar cualquier parte del proceso representaría un ahorro de tiempo muy bien recibido.
Pero el banco tiene más de 10 mil viales de esperma, así que la búsqueda, incluso con filtros, aún puede ser larga. Para combatir esto, la app también ofrece la función de lista de deseos que permite a los usuarios más centrados a predeterminar lo que buscan en un donante, y recibir una notificación cada vez que se vean cumplidos sus requisitos.
Cómo funciona
El servicio móvil ha sido comparado con Tinder, pero realmente hay que deslizar el dedo. Su función de lista de deseos es más parecida a Anthology, una app que utiliza la gente que busca trabajo para encontrar su próximo cambio profesional.
Una búsqueda rápida en la tienda de aplicaciones de iPhone demuestra que ya existen varios servicios móviles similares, pero este es el único con donantes sometidos a una búsqueda muy exhaustivo. Varias asociaciones médicas y la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología del Gobierno de Reino Unido apoyan la nueva app.
Ese respaldo es vital para el éxito y fiabilidad de una app de este tipo. Para muchos padres potenciales, las características físicas juegan un importante papel a la hora de escoger un donante de esperma, pero comprobar el historial médico también es un prerrequisito crucial.
Es gratis
La app es gratuita, y el coste de pedir esperma es el mismo que mediante el catálogo del Banco de Esperma de Londres, unos 1.000 euros por pedido. Para mantener la seguridad, las muestras serán enviadas únicamente a centros de fertilidad, no a particulares.
Reino Unido está bien familiarizado con las tecnologías reproductivas pioneras. El primer bebé del mundo concebido mediante Fertilización in vitro (VIF), Louise Brown, nació en Inglaterra en 1978, con Estados Unidos pisándole los talones con el nacimiento de su primer bebé VIF en 1981. Desde entonces, las tecnologías reproductivas se han transformado y mejorado mucho más. La tasa de éxito de la VIF en 1978 rondaba el 5%, y actualmente esa cifra está entre el 40% y el 50%.
Tiene sentido que a medida que evoluciona nuestra capacidad de ayudar a los padres a concebir, también evolucione la tecnología para encontrar los donantes de esperma.