Un hombre de 56 años falleció en 2013 dentro de su vivienda ubicada en San Blas, al este de Madrid, posiblemente por una enfermedad hepática pero no fue sino hasta la semana pasada cuando se descubrió su cadáver, reseña El Mundo.
El cuerpo de Agustín estaba momificado en una de las habitaciones de la casa, según fuentes jurídicas. Las autoridades dieron con él cuando se trasladaron a su domicilio para desalojarlo por orden de un juez.
En el vecinadario todos se preguntan cómo nadie se dio cuenta de la ausencia del hombre.
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'Es increíble pero hemos estado cuatro años conviviendo con un cadáver sin saberlo', dijeron.
'Nadie olió nada raro, nada extraño', explicaban perplejos.
Todos lo extrañaban pero pensaron que había muerto en el hospital.
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'Agustín estaba enfermo. La última vez que le vimos con vida, en 2013, fue una tarde que vino una ambulancia y se lo llevó. No le volvimos a ver y creímos que había muerto en el centro médico', explicaban.