La Isla del Diablo fue una prisión francesa ubicada en la Guayana Francesa que alojó unos 80 mil hombres entre 1852 y 1938. Las brutales condiciones de aislamiento la convirtieron en el destino más temido por los reos del viejo continente.
Para llegar hasta allí, los prisioneros eran transportados en barco. Muchos morían antes de llegar a destino, encerrados en minúsculas celdas oscuras y hacinadas.
Quienes lograban sobrevivir a la travesía debían soportar todavía las numerosas enfermedades que rondaban los pasillos del presidio. Además, los cautivos eran obligados a trabajar descalzos en la selva, expuestos a todo tipo de picaduras y ataques de animales.
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Alrededor del recinto nadaban cientos de tiburones cebados con carne humana, suficiente para desalentar la idea de fuga en la mayoría de los presos. Los pocos valientes que lograron llegar a tierra firme tenían que sobrevivir sin herramientas en medio de la jungla tropical.
Una vez cumplida la condena, los presos debían pasar un tiempo equivalente al vivido tras las rejas en el país americano. Cumplido ese plazo podían regresar a Francia. Muy pocos lo lograban.
Fuente: tuhistory.
