La cicatriz que Frank Ribery lleva en su rostro es apenas una marca del sufrimiento que ha tenido que llevar el francés a lo largo de su vida, hoy es una estrella en el fútbol, millonario y con una vida llena de lujos.
Apenas cuando tenía de dos años sufrió un accidente de tránsito que lo marcó para siempre, Frank venía en el asiento de atrás y del fuerte impacto se salió de su lugar y fue a dar al parabrisas de enfrente produciéndole una gran herida en el rostro.
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Esta cicatriz ha quedado de por vida y le han llegado a llamar 'Scarface' (cara cortada), una famosa película actuada por Al Pacino que fue estrenada el mismo año de su nacimiento (1983).
Ribery fue llevado al hospital de emergencia, un grupo de médicos lo atendió y para tratar de salvarlo le colocaron más de 100 puntos de sutura y este marca ha quedado en su cara para siempre.
Lo más difícil llegó cuando iba creciendo y muchos de sus amigos se burlaban de él:
De pequeño se burlaban de mí y me escondía a llorar en un rincón, pero eso me ha ayudado en la vida', declaró alguna vez Ribery.
Frank afirma que nunca ha querido operarse para tratar de borrar un poco la cicatriz porque considera que esto le ha ayudado a formar su carácter.
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Hay que recordar que al nacer fue abandonado por sus padres en un convento y desde entonces inició su lucha contra todo en la vida.
En la historia de Franck hay un personaje clave: su esposa, Wahiba Belhami.
Escribió en días recientes el periodista Alvaro del Río, en el diario La Razón de España:
Sin ella, el futuro de Franck Ribéry se habría escrito con otras letras. La carrera deportiva del turbulento futbolista francés hubiera tomado, seguramente otros derroteros y hasta hubiera podido llegar a descarrilar. Wahiba, su mujer, no sólo es su primera y más fiel seguidora, también el necesario pilar del jugador'.
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Se conocen desde los días complicados de la adolescencia, en Boulogne. Por amor, él se convirtió a la religión musulmana y hasta cambió de nombre: para el Islam él es Bilal Yusuf Mohammed. Por amor, ella le perdonó una infidelidad que se transformó en escándalo y hasta eje de un libro que cuenta la vida privada del futbolista (La cara oculta de Franck Ribery, de los periodistas Matthieu Suc y Gilles Verdez). Por amor, se reconstruyeron a sí mismos.
Vía: Diez