Una de las imágenes de ayer en el Sánchez Pizjuán no se vio durante el encuentro que enfrentó a Sevilla y FC Barcelona en la ida de la final de la Supercopa de España, sino que tuvo lugar una vez el árbitro ya había señalado el final del partido.
Cuando los jugadores de ambos equipos ya enfilaban el camino de los vestuarios, tras el habitual saludo sobre el césped, con intercambio de camisetas incluido, uno de los cámaras encargados del seguimiento personalizado de los jugadores durante la retransmisión del partido, se acercó a Leo Messi.
En un principio, parecía que simplemente pretendía hacerle un plano individual más, pero la sorpresa llegó cuando se pudo comprobar que sus intenciones eran otras: ni corto ni perezoso, le pidió la camiseta al crack azulgrana.
En estos casos, suele ser habitual que los jugadores ya tengan pactado el intercambio de camiseta con otro jugador del equipo contrario, pero el canje se realiza dentro de los vestuarios, lejos de las miradas indiscretas, por lo que el argentino le dijo que, lamentablemente, no podía dársela.
No contento con la negativa inicial de Messi, el cámara no se dio por vencido y cambió de objetivo: los pantalones del ‘10’ azulgrana pasaban a ser el objeto de su deseo. A diferencia de lo sucedido con la camiseta, esta nueva petición sí que tuvo éxito.
Sin ningún tupo de pudo y con toda la normalidad del mundo, el crack argentino se quitó los pantalones y se los entregó al cámara, abandonando el terreno de juego en calzoncillos. Sin duda, una de las imágenes, por poco habitual, de la noche de ayer en Sevilla. Y el cámara, se fue a casa feliz con su inesperado ‘trofeo’ del mejor jugador del mundo... y con una increíble anécdota que explicar.
