Recién en agosto, Liverpool se afanaba en una eliminatoria tan sólo para conseguir un boleto a la fase de grupos de la Champions League.
En aquel momento, los 'Reds' no pensaban siquiera en la posibilidad de volver a una final del máximo certamen en Europa.
No después de una temporada en la que no disputaron siquiera la Europa League. No en un momento en que Mohamed Salah era prácticamente un desconocido y no un goleador que rivaliza en productividad con Lionel Messi.
Pero 10 meses después, el club inglés se prepara para enfrentar al Real Madrid en el duelo por el título.
Liverpool avanzó a su primera final de la Liga de Campeones en más de una década pese a caer el miércoles 4-2 en el feudo de la Roma.
Los goles de Sadio Mané y Georginio Wijnaldum en los albores del cotejo bastaron para certificar el boleto a la final de Kiev, imponiéndose 7-6 en el marcador global tras la victoria 5-2 en el primer partido.
En la final del 26 de mayo en la capital de Ucrania, Liverpool se las verá con el Real Madrid. Bicampeones vigentes del torneo, los merengues doblegaron 4-3 al Bayern Múnich en el global de la otra semifinal.
La última vez que Liverpool alcanzó la final fue en 2007, cuando perdió ante el Milan. Dos años antes había conquistado la última de sus cinco Copas de Europa, venciendo a los Rossoneri.
Los 13 goles anotados en la ida y la vuelta del duelo entre Liverpool y Roma impusieron un récord en semifinales de la Champions.
La última 'bestia negra'
Real Madrid vive una época de ensueño, casi comparable con la que consiguieron las primeras cinco Copas de Europa en la década de 1950. Tras conseguir títulos en 1998, 2000 y 2002, ahora ha venido una racha de tres títulos en cuatro años. Y entre tanto festejo, resulta complicado encontrar la última ocasión en la que Real Madrid no celebró en el partido final de una Copa de Europa.
Bueno, el último en lograrlo fue nada más y nada menos que el Liverpool en la final disputada en París en 1981.
El tanto de Alan Kennedy al minuto 82 le otorgó el tercer título a los ingleses, y fue la tercera y última final perdida por los blancos.