Tremendo revulú se formó en redes sociales por la foto de abajo, donde se muestra un carro alegórico que se presume pertenece a Calle Arriba de Las Tablas con un reloj romano donde el 'IV' se escribó de esta manera: 'IIII'.
Algunos argumentan que es algo de mal gusto y otros defendieron a 'la universidad del carnaval', argumentando que no hay error, ya que la respuesta está en la historia. Sí, señores, al parecer existen diversas teorías del uso de esta numeración, entre ellas que es un asunto de diseño que utilizan los relojeros de los relojes más finos. ¡Wao!
El sitio web '20 minutos' reseña lo siguiente:
Entre las muchísimas historias que relacionan a un monarca con el hecho de que el 4 en los relojes se escriba IIII, destacan dos. La más creíble es la que explica que, en el año 1370, el relojero Henry de Vick recibió el encargo de realizar un reloj que se colocaría en la torre del Palacio Real de Francia (conocido como La Conciergerie o el Palais de la Cité).
El rey Carlos V de Francia recriminó al artesano el haber representado el 4 como IV. El relojero señaló que era así como se escribía, pero Carlos V respondió enojado: 'El Rey nunca se equivoca'. Por tanto debió continuar el uso del IIII. El reloj fabricado por de Vick continua colocado allí.
La segunda monárquica explica que un relojero suizo confeccionó un reloj encargado por su soberano, cometiendo la equivocación de representar el número 4 como IIII y no IV. El rey mandó ejecutar al artesano y, como protesta ante tal hecho y homenaje, todos los colegas de profesión del relojero decidieron utilizar el IIII en vez de IV.
También hay quién sostiene que se mantuvo el número IIII por superstición. Se decía que el IV corresponde a las dos primeras letras de Júpiter (IVPITER en latín), el dios romano, y por tanto su uso para denominar a un número podría considerarse inapropiado y blasfemo.
Otras explicaciones apuntan a la simetría (el símbolo I es el único que aparece en las primeras cuatro horas, el V aparece las siguientes cuatro horas y el X últimas cuatro, proporcionando una simetría que se vería alterada si se usara el IV), comodidad (IV es más difícil de leer dada su posición en la esfera del reloj, ya que queda casi boca abajo), confusión (el número IV podría confundirse con el VI al estar ambos boca abajo) o simplemente por economía (los relojes se fabricaban de forma artesanal y los números se realizaban con moldes, pegándose después a la esfera. Una forma de economizar era haciendo los moldes con el conjunto de cada número, por lo que, para hacer un reloj, se necesitaba un molde con cuatro X, otro con cuatro V y cinco moldes con cuatro I). ¡Wao!