Cuando Kait Brazel llevó por primera vez a sus hijos Mason y Mylan a visitar la tumba de su padre fallecido, jamás imaginó que se llevaría a casa un momento profundamente entrañable y conmovedor.
Los niños y yo planeamos la visita cuando nos avisaron que la tumba de mi esposo ya tenía una lápida. El funeral fue en agosto y queríamos visitarlo desde antes, pero decidimos esperar hasta que la colocaran', señaló Kait.
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La mujer de Colorado Springs llevó a sus hijos al Cementerio Nacional de Arlington donde descansan los restos de su esposo, el Sargento Alfred David Brazel.
Al llegar ahí, los niños diligentemente colocaron una manta en el césped frente a la lápida de su padre y se acostaron.
De acuerdo con la nota de la web Daily Mail , mientras el hijo mayor Mason, de 8 años, decía una plegaria y su hermano Mylan, de 6, contemplaba la loza de piedra, Kait decidió capturar el momento en una fotografía para la posteridad.
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Poco después de esto, los niños comenzaron a ‘poner al corriente’ a su padre sobre sus vidas: Mylan le contó sobre sus hazañas en su clase de lucha y cómo ganó un pastel en una fiesta de Halloween, mientras que Mason le contó todo sobre le trofeo que ganó en su competencia de natación.
Y, según su madre, mientras los pequeños decían todo esto ni una sola lágrima asomó por los ojos de los niños.
Kait dijo que no pudo evitar sentirse un poco triste porque de ahora en adelante así sería la convivencia entre Fred y sus hijos.
Me dio tristeza que así sería la relación: con ellos hablándole y su padre sin poder responderles. Pero también me sentí orgullosa de cómo han logrado manejarlo', subrayó.
El Sargento Fred Brazel falleció el pasado 31 de julio cuando tenía apenas 37 años de edad. Durante cinco meses libró una batalla con el cáncer rectal que padecía.
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Vía: Telemundo