Los beasileños eligen este domingo al presidente que durante los próximos cuatro años gobernará la mayor economía latinoamericana, con el ultraderechista Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar, como favorito frente al izquierdista Fernando Haddad.
Jair Bolsonaro, un ex capitán del Ejército, de 63 años, logró capitalizar la decepción y la rabia de una población golpeada por años de recesión y estancamiento y hastiada de los escándalos de corrupción.
Fernando Haddad, profesor y ex alcalde de Sao Paulo, de 55 años, fue designado candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en sustitución de su líder histórico, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), que purga desde abril una pena de 12 años de cárcel por corrupción y lavado de activos.
Jair Bolsonaro votó en medio de un gran dispositivo de seguridad. (EFE).
En la primera vuelta, Bolsonaro obtuvo 46% de los votos, frente a 29% para Haddad y los últimos sondeos le dan de ocho a diez puntos de ventaja.
Aun así, Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), pidió el sábado a sus partidarios que eviten bajar la guardia, porque 'las elecciones no están ganadas.
Jair Bolsonaro tras emitir su voto en Río de Janeiro. (Foto y video: AFP).
Haddad acortó distancias en la última semana, después que Bolsonaro amenazara a sus adversarios de izquierda: 'O se marchan o van a la cárcel. Esos marginales rojos serán desterrados de nuestra patria', proclamó.
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En el local donde Bolsonaro votó, en el oeste de Río, los soldados cachearon a los electores y revisaron las inmediaciones con espejos y detectores de metales, mientras sus simpatizantes lo esperaban con banderas de Brasil anudadas en la espalda.
El candidato estuvo a punto de morir el 6 de setiembre pasado, cuando un ex militante de izquierda le asestó una puñalada en el abdomen.
(AFP)
Bolsonaro 'va a barrer a los corruptos, va a echar a esos crápulas, a esos comunistas', proclamó uno de sus simpatizantes, Alvaro Cardoso, un trabajador independiente, de 55 años.
El candidato entró por una puerta lateral, junto a su esposa, y se retiró sin formular declaraciones, saludando a sus simpatizantes con los pulgares hacia arriba y la 'V' de la victoria.
Haddad votó, también por la mañana, en el barrio de Moema, de Sao Paulo, donde lo aguardaban militantes del PT con rosas blancas y rojas, al grito de 'Brasil, urgente, Haddad presidente', que disputaban el espacio sonoro con los cacerolazos de protesta de un edificio cercano.
'Tengo mucha esperanza en el resultado', declaró Haddad a periodistas. 'La nación está en peligro, la democracia está en peligro, las libertades individuales están en peligro', pero 'Brasil despertó en los últimos días', acotó, antes de retirarse haciendo tambièn la 'V' de la victoria.
Fernando Haddad sufragó en Sao Paulo. (EFE).
En el mismo colegio electoral, Renata Arruda, una trabajadora de telemarketing de 41 años, rompe a llorar al reconocer que su candidato lo tiene muy difícil. 'Mi padre y mi madre vivieron la dictadura y tengo mucho miedo de que eso vuelva', afirma.
Bolsonaro es un ferviente defensor de la dictadura (1964-85) y admirador declarado de uno de los principales torturadores de aquel régimen
En Brasilia, Teresinha Kanzler Barbosa, una abogada jubilada, tiene claro que votará por Bolsonaro. 'Tiene que haber un cambio en este país. Basta de siempre lo mismo. Bolsonaro es la opción de cambio y si Dios quiere será un buen presidente', afirmó.
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- Rabia -
Haddad contó con el apoyo de millones de brasileños que se beneficiaron de las políticas de inclusión social de Lula.
Pero esa identificación disparó también su índice de rechazo, ya que para otros millones de personas Lula y el PT son sinónimos de manejes financieros turbios para mantenerse en el poder.
Un rechazo solo comparable... al del propio Bolsonaro, que en sus 27 años como diputado se distinguió por sus declaraciones misóginas, racistas y homófobas.
Más de 140 millones de brasileños están llamados a votar. (Foto: reuters / video: AFP).
Su convalecencia lo privó de actos públicos, aunque mantuvo una activa presencia en las redes sociales, su arma favorita.
Bolsonaro ganó popularidad con las promesas de liberalizar el porte de armas para combatir una inseguridad galopante y de librar una guerra sin cuartel contra la corrupción.
A inicios de mes, un sondeo de Datafolha mostró que 88% de los brasileños se sienten 'inseguros', 79% 'tristes por la situación del país', 78% 'desanimados', 68% con 'rabia' y 62% con 'miedo del futuro'.
En caso de victoria de Bolsonaro, su gurú económico, Paulo Guedes, tratará de lanzar un programa de privatizaciones para reducir la deuda y reactivar la economía, que viene de dos años de recesión y dos más de débil crecimiento.
El próximo presidente de Brasil deberá tratar con un Congreso con partidos debilitados por los escándalos y dominado por los lobbies conservadores del agronegocio, las iglesias evangélicas y los defensores del porte de armas.
Los resultados se conocerán rápidamente, debido a que el voto es totalmente electrónico, en este país con 147,3 millones de empadronados.
Quien resulte electo sustituirá el 1 de enero del 2019 al conservador Michel Temer, el presidente más impopular desde el retorno de la democracia.
TRES COSAS QUE DEBES SABER SOBRE LOS CANDIDATOS Y SUS PROPUESTAS
► JAIR BOLSONARO
(AFP)
DELINCUENCIA: El centro de la campaña de Bolsonaro fue su promesa de reducir la elevada tasa de criminalidad de Brasil. La mayor nación de Latinoamérica es la primera del mundo en número total de homicidios. El año pasado, un récord de 63.880 personas murieron asesinadas. Muchos brasileños conviven a diario con el miedo a sufrir atracos.
Bolsonaro presentó esta lucha como una moral, entre las fuerzas del bien y el mal. Se comprometió a dar vía libre a la policía en el uso de la fuerza y a aliviar las restricciones de armas para que la población pueda defenderse. Además, sugiere rebajar la edad mínima a la que los acusados pueden ser juzgados como adultos a 16 años.
La trayectoria de Bolsonaro en el Congreso ganó notoriedad por sus polémicas posiciones. (Foto: EFE)
ECONOMÍA: Según él mismo reconoce, no sabe mucho de economía, pero con su elección de un economista que estudió en la Universidad de Chicago como asesor se ganó a gran parte de la comunidad empresarial. Se comprometió a reducir el tamaño del gobierno, incluyendo recortar el número de ministerios, y a realizar una reforma de las pensiones que podría recortar al menos algunos beneficios. Además, busca privatizar muchas empresas estatales. Pero dado que se acaba de convertir a la teoría del liberalismo económico, algunos observadores se preguntan por cuánto tiempo y cómo de cerca estará de estos principios.
AUTORITARISMO: Bolsonaro ha elogiado la dictadura que gobernó el país entre 1964 y 1985, calificando ese tiempo como una época más sencilla y segura. Muchos, especialmente los disidentes que combatieron contra ese régimen, se molestaron con esa descripción, señalando que el gobierno militar torturó a miles de personas y mató a cientos. Junto a su promesa de dar 'carta blanca' a la policía para balear a sospechosos y sus palabras despectivas hacia muchos grupos minoritarios, algunos temen que con Bolsonaro en el poder puedan perderse derechos civiles y se debiliten las instituciones democráticas. Bolsonarorechazó estos temores.
► FERNANDO HADDAD :
(AFP)
ECONOMÍA: Haddad ha hecho del sufrimiento de los brasileños durante una prolongada recesión el núcleo de su campaña, culpando en gran medida a las reformas del presidente Michel Temer, aunque la economía empezó a hundirse cuando el Partido de los Trabajadores estaba aún en el poder. Gran parte de su programa busca revertir lo logrado por Temer, incluyendo la retirada del techo de gasto gubernamental y de una ley que flexibilizó las leyes laborales y redujo beneficios. Además propone congelar un plan de privatizaciones y se comprometió a crear empleo, incrementar la inversión pública, abaratar el acceso al crédito y reformar el sistema fiscal para que sea más progresista.
PROGRAMAS SOCIALES: El candidato prometió hacer de la inclusión social y económica el centro de su agenda, reduciendo las desigualdades que llevaron a amplios sectores de la sociedad a los márgenes. El candidato del Partido de los Trabajadores dijo que reformará el sistema educativo, ampliará el de salud e incrementará de forma significativa las asignaciones de un programa de bienestar. Su foco estuvo especialmente sobre los más pobres y apuntó que implantaría un plan nacional de seguridad alimentaria ante las evidencias de que la recesión mermó los avances en ese sector.
DEMOCRACIA: Haddad acusó al gobierno de Temer de pisotear los derechos de trabajadores, mujeres, negros, indígenas y otros grupos marginados y dijo que la presidencia de Bolsonaro solo empeoraría esta situación. Alerta sobre un Brasil gobernado por el odio y la intolerancia y se presentó a sí mismo como el único candidato que puede salvar la democracia.
Aunque algunos de los rivales de Haddad en la primera ronda de las presidenciales se han unido en torno a esta idea, muchos han decidido mantenerse al margen. Por el momento no ha conseguido convertir esto en un grito de guerra generalizado.
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Fuente: Agencias
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