Durante un tiempo su nombre se oía mucho en la escena política de Argentina. El periodista Santiago Pinetta destapó en la década del 90 uno de los escándalos de corrupción más resonantes en el país sudamericano. Sin embargo, hoy pide limosna en el metro de Buenos Aires para sobrevivir.
'Tengo que hacer esto porque no tengo plata para comer y comprar los remedios', dijo Pinetta a TN y contó que todas las tardes se acomoda en un banquito y extiende la mano a la espera de recibir la ayuda de los pasajeros que entran al metro.
El periodista destapó hace más de 20 años uno de los escándalos de corrupción más resonantes durante el periodo en el poder del ex presidente Carlos Menem: el contrato informático IBM-Banco Nación.
Después, cuando el tema ganó notoriedad, el nombre de Pinetta solo aparecía cuando lo golpeaban a raíz del escándalo IBM-Banco Nación, quizás el primer caso de corrupción del menemismo que pudo esclarecerse en su casi totalidad, con arrepentidos que confesaron haber cobrado millonarias coimas en dólares.
Fue el único caso en el que logró recuperarse, gracias a la colaboración de Suiza, parte de las coimas: siete millones de dólares que, de no haber sido por Pinetta, hoy estarían en el bolsillo de varios ex funcionarios del Banco Nación. La ironía es que más de dos décadas después de la denuncia, con varios personajes elevados a juicio oral, Pinetta, de casi 84 años, sin trabajo y con la jubilación mínima, no tiene más alternativa que pedir limosna.
De hecho, TN reveló que el hombre tiene doble operación de by pass coronario, cataratas en la vista y artrosis en sus rodillas y que no tiene dinero para tratarse como es debido.
Pinetta ha publicado ficción y poesía y desde 1945 trabajó en muchos medios periodísticos: Clarín, La Razón, Crítica, El Mundo, la revista Primera Plana desde su fundación y también en radio y televisión. Fue corresponsal de medios extranjeros y autor de El final de un brujo, sobre la Triple A, y de una biografía de Juan Perón.
Pinetta está en plenas facultades mentales y la ley argentina le impide al Estado forzarlo a incluirlo en un programa local, del que se niega a participar 'por dignidad'.
El caso que destapó
La de IBM-Banco Nación es una historia de muerte y de millones de dólares negros que fluyeron por circuitos financieros idénticos o similares, según los casos, a los usados en el contrabando de armas a Croacia y Ecuador y el contrabando de oro. Los tres escándalos tuvieron su pico en 1994.
Un año antes, el Banco Nación licitó la informatización de sus 525 sucursales, que ganó IBM en febrero de 1994. El denominado Plan Centenario fue un negocio de 240 millones de dólares que incluían 37 millones en coimas, de los cuales IBM pagó 21 millones a funcionarios nacionales a través de dos empresas. El dinero lo canalizó hacia el exterior el desaparecido Banco General de Negocios de los hermanos Carlos y José Rohm.
Esas 'gratificaciones' de IBM 'por la alegría de adjudicarse el contrato', como las definió Genaro Contartese, ex director del Banco Nación que confesó haberse alegrado con una gratificación de un millón y medio, enredaron, entre otros, a los hermanos Juan Carlos y Marcelo Cattáneo.
Juan Carlos, subsecretario de Alberto Kohan en la Secretaría General de la Presidencia durante el negociado, quedó procesado por administración fraudulenta y cohecho. Marcelo apareció colgado junto al río con un recorte en la boca de una nota de LA NACION sobre el caso.
'A fines de 1991 un periodista me presentó a sindicalistas del Banco Nación que me pusieron en contacto con integrantes de la línea del banco. Los directivos eran honestos, de carrera. Me hablaron de un pacto entre IBM y el Nación. En ese momento yo era periodista independiente', contó Pinetta al diario La Nación en el 2004.
'Investigo y me acerco al Plan Centenario. Computarizar con IBM. Y ahí, IBM se hace hacer un traje a medida. Sólo IBM podía ganar. Entonces decidí escribir La nación robada.'
'Para publicar este libro tuve que hacer una vaquita. Ninguna editorial lo aceptó', dice.
'Por suerte, un salesiano de 80 años aceptó que lo imprimiera la Imprenta de Don Bosco. Se publicó en febrero de 1994 y se vendió en librerías y quioscos, y sin embargo, el acuerdo IBM-Banco Nación se firmó el mes siguiente, en marzo de 1994. Ningún medio comentó el libro, salvo la revista Humor'.
Fuente: La Nación, Argentina/GDA