En abril de 2017, el doctor William Andrew le dijo a Brooke Skylar Richardson que estaba embarazada. Tenía entonces 18 años. Su reacción fue exagerada, aseguran ahora los fiscales, propia de alguien que no quiere tener un hijo.
Tanto, que el médico le advirtió que si le pasaba por la mente la idea de lastimar a la criatura, debía decírselo inmediatamente.
Tres meses más tarde, durante los cuales no respondió llamadas de la consulta para que fuera a hacerse las pruebas pendientes, la muchacha regresó y le dijo a la doctora Casey Boyce que su bebé había nacido muerta, y que ella la enterró en el patio de su casa.
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Brooke, quien ya cumplió 19, está acusada de homicidio con agravantes, homicidio involuntario, abusos graves a un cadáver, manipulación de pruebas, y de haber puesto en peligro a un niño.
Se declaró inocente y, de momento, está libre bajo fianza. Según los padres, durante toda su adolescencia Brooke había tenido trastornos digestivos, y verla aumentar de peso el año pasado era una buena noticia.
Al enterarse de su embarazo, la muchacha no solo asesinó a su hija de la forma más espantosa posible, sino que además fingió no estar embarazada y evitó hacerse los análisis de sangre y los ultrasonidos de rigor para proteger a la criatura, argumenta la fiscalía.
Ella no hizo nada para preparar la llegada de esta bebé al mundo', declaró la fiscal Kirsten Brandt, según el diario Cincinnati Enquirer.
'Brooke nunca renegó de su bebé, y todo ese cuento de la reacción desmesurada en la consulta médica es puro invento de los fiscales', responde su abogado, Charlie Rittgers. 'Simplemente reaccionó como lo haría cualquier muchacha soltera de 18 años que se entera de que va a ser madre'.
Y no hay motivo para acusarla de homicidio, argumentan, porque la bebé nació muerta y lo que pasó simplemente es que no quiso exponerse ella, ni exponer a su familia, al escarnio público de la adolescente embarazada sin haber contraído matrimonio.
Escuchando ambas partes han estado los cinco jueces de la Corte de Apelaciones del Duodécimo Circuito de Ohio, todos hombres.
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Los fiscales reclamaban el testimonio de los médicos, los doctores William Andrew y Casey Boyce, porque sin su criterio profesional no se iban a poder aclarar muchas cosas.
Según un grupo de Facebook que se hace llamar Justice for Baby Carlisle (Justicia Para el Bebé Carlisle), y que ha discutido el caso de como un asesinato ('sin acosar ni ofender, sólo ateniéndonos a los hechos'), la criatura de Brooke era hembra, y ella le puso Annabelle antes de quemarla y enterrarla.


